¡Ay, qué maravilla de día me ha tocao hoy! Levantame esta mañana con unas ganas de facer una boroña asturiana de les de toda la vida, que me entra una alegría que no veas. Y es que, ¿quién no conoce esta receta, eh? En casa, siempre la hacíamos como el pan de cada día, pero esta, con ese toque de madre, que te deja bien llenu, ¡y con una sidra al cantu no hay quien te pare! La boroña, como sabéis, es más que una receta, ye una tradición, un abrazo de la tierra asturiana. Y hoy, con todo el cariño, os voy a enseñar a facerla tal cual como me enseñó mi madre, con mucho amor y paciencia.
Así que venga, arrímate a la cocina, porque la boroña asturiana de Balbina va a salir de rechupete. ¡A poner las manos a la obra, cielu!
Ingredientes:
- 500 gramos de harina de maíz (la de toda la vida, la que se usaba en los pueblos)
- 1 litro de caldo de cocido (si es casero, mejor que mejor, con ese sabó que tiene el pucheru)
- Sal al gusto (pero poca, que ya tiene el caldo su sal)
- Aceite de oliva virgen extra (unas cuantas cucharadas, que la boroña necesita su toque de aceite)
- Manteca de cerdo (si queréis que quede bien sabrosa, con un poco de manteca, ya veréis)
- 1 diente de ajo (picadito, pa darle un sabor que no veas)
- Pimentón (un toque, si os gusta, pa que tenga un saborcito rico)
Preparación:
-
Pon el caldo a calentar: Lo primero, ponemos el caldo de cocido a calentar en una cacerola. Ya sabéis que si lo hacéis en casa, mucho mejor. Echamos un pelín de sal y un buen chorro de aceite de oliva. Esto es lo que va a hacer que la boroña se quede suave y deliciosa. Mientras se calienta el caldo, vamos a preparar lo demás.
-
Freímos el ajo: En una sartén, ponemos un pelín de aceite y, cuando esté bien caliente, echamos el ajo picadito. Cuando empiece a dorarse, le echamos el pimentón, pero con cuidadín de que no se nos queme, que el pimentón si se pasa amarga, y eso no lo queremos. Lo removemos bien pa que se mezcle bien con el aceite.
-
Añadimos la harina: Ahora, cuando el caldo ya esté bien caliente, vamos añadiendo la harina de maíz poco a poco. Siempre moviendo, que no se nos formen grumos. Hay que tener paciencia, no hay prisa, pero si no removemos, nos quedamos con unos grumos que no hay quien los trague. Tiene que quedar espesa, pero no como un ladrillo, eh.
-
Cocinamos la boroña: Una vez añadida toda la harina, la dejamos cocer a fuego bajo unos 15-20 minutos, sin dejar de moverla. Si veis que se pone demasiado espesa, le podéis echar un poquito más de caldo, pero siempre con cuidadín que no se nos quede líquida. ¡Eso no, que tiene que quedar bien espesa!
-
Añadimos la manteca: Cuando veáis que la boroña ya tiene la consistencia perfecta, le añadís un poquito de manteca de cerdo. Esto le da un saborcito tan bueno, que vais a flipar. Se revuelven bien todos los ingredientes y ya tenemos nuestra boroña lista.
Servir y disfrutar:
La boroña asturiana se sirve bien calentita, como se hace en casa. A mí me gusta acompañarla con un buen trozo de queso curado o un chorizo asturiano de los de toda la vida. ¡Qué maravilla!
Y ya está, mis cielines, ya veis que no tiene mucha ciencia, pero con mucho cariño sale de rechupete. No hay nada como la comida de casa, que te deja bien llenu el estómago y el corazón contento. Y siempre, recordad, como decía mi madre, la boroña se hace con mucha paciencia y amor. ¡Así que a disfrutar, que es lo que más importa!
Bueno, mis cielos, ya me voy, que el día avanza y la huerta me espera. Espero que os haya gustado la receta y que la disfrutéis mucho. A mí siempre me ha sabido a gloria, y espero que a vosotros también. ¡Un besín muy grande de vuestra abuela Balbina, que me tenéis en el corazón! ¡Hasta la próxima, y no olvidéis de ponerle mucho amor a todo lo que cocinéis! ¡Nos vemos en la próxima receta, queridines!