'Africantroxu' y 'Dioses del Nilo' triunfan en un Antroxu que llenó el centro de música y fantasía
Oviedo se transformó este sábado en un torbellino de color y sonidos envolventes. Las calles del centro se convirtieron en un escenario de alegría desbordante donde los disfraces, la música y la animación invadieron cada rincón, desde la calle Uría hasta la Plaza de la Catedral. Más de 1.600 personas participaron en el desfile de Carnaval, un espectáculo que hizo vibrar a la ciudad entre tambores, charangas y coreografías llenas de energía.
Desde primeras horas de la tarde, el ambiente se fue caldeando con la llegada de los primeros grupos disfrazados. La expectación crecía en las aceras de Independencia y San Francisco, donde los espectadores, muchos también caracterizados, esperaban ansiosos el paso del desfile. Los más pequeños agitaban confeti y serpentinas mientras los mayores capturaban el momento con sus móviles.
El desfile: explosión de color y creatividad
El estruendo de los tambores marcó el inicio del recorrido. La Real Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo abrió la comitiva con una fuerza imponente, seguida de un sinfín de personajes de fantasía, historia y pura imaginación. Piratas, dioses egipcios, hadas, robots, astronautas y criaturas indescriptibles llenaban las calles con una mezcla de alegría y teatralidad.
Los participantes derrochaban creatividad: desde el 'Naranco sidrero patrimonio inmaterial', con su homenaje a la sidra asturiana, hasta el elegante y misterioso 'La peste negra en Venecia', que evocaba el carnaval veneciano con máscaras barrocas y trajes espectaculares.
Uno de los momentos más aclamados fue la llegada de 'Africantroxu', el grupo del centro social de Otero que deslumbró con un espectáculo vibrante de ritmos tribales y vestuarios inspirados en la cultura africana, logrando el primer premio de su categoría. En la modalidad de grupos adultos, los 'Dioses del Nilo' arrasaron con su recreación faraónica, envuelta en dorados y telas flotantes que hipnotizaron al jurado.
Entre la multitud, dos pequeños gemelos vestidos de Freddie Mercury arrancaron sonrisas y aplausos con su actuación improvisada. No eran parte del concurso, pero su energía y coreografía espontánea los convirtieron en pequeños protagonistas de la tarde.
Una ciudad entregada al Carnaval, pese al clima
Ni el viento, ni la lluvia intermitente lograron empañar la magia del Carnaval. Los paraguas se alternaban con las máscaras, y las ráfagas de aire solo conseguían hacer ondear aún más las capas de los disfraces. Oviedo estaba entregado. Había ganas de fiesta, de baile y de dejarse llevar en una jornada que durante unas horas rompió la rutina de la ciudad.
Los premios fueron entregados pasadas las nueve de la noche, justo antes del Entierro de la Sardina, que marcó el fin de la celebración con una teatral despedida a los excesos del Antroxu. Alevosía Teatro puso el broche final con un espectáculo divertido y melancólico, mientras algunos todavía apuraban los últimos bailes en la Plaza de la Catedral.
El Carnaval de Oviedo 2025 dejó claro que la ciudad sigue teniendo un espíritu festivo imbatible. Durante unas horas, el disfraz fue más que una prenda: fue una liberación colectiva, una explosión de imaginación y una invitación a soñar con otras vidas, aunque solo fuera por una noche.