El tiempo se agota para Duro Felguera. Este domingo, la ingeniería asturiana se juega su última carta en una reunión clave en Argelia. Allí, intentará desbloquear un litigio millonario con la empresa estatal Sonelgaz, un obstáculo que impide la entrada en acción de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Si la negociación fracasa, la compañía podría deslizarse hacia el concurso de acreedores en cuestión de días.
El martes expira el preconcurso de acreedores, al que se acogió en diciembre como un intento desesperado por ganar tiempo. Pero el tiempo se acaba y la cuenta atrás ya está en marcha. Si la reunión en Argelia no produce un acuerdo que despeje el camino hacia la reestructuración, la empresa podría enfrentarse a un desenlace fatal.
Un litigio que puede sentenciar a la empresa
La raíz del problema está en la paralización de la construcción de la central de ciclo combinado de Djelfa, en Argelia. Sonelgaz reclama 413 millones de euros en concepto de indemnización, mientras que Duro Felguera, por su parte, exige 200 millones por daños y perjuicios. La disputa ha escalado hasta la Cámara de Comercio e Industria de Argelia, y su resolución es clave para que la SEPI decida si convierte en capital su préstamo de 100 millones de euros.
Si la SEPI acepta esta conversión, el Estado se convertiría en el principal accionista de la compañía, desplazando a los actuales dueños, los grupos mexicanos Prodi y Mota-Engil México. Pero sin una solución clara en Argelia, el rescate podría esfumarse.
Un futuro incierto con la soga al cuello
El comité de empresa intenta transmitir calma, pero la situación es extrema. Los trabajadores temen por sus empleos y la incertidumbre crece a medida que pasan las horas. Han desmentido rumores sobre un posible salvavidas del Ministerio de Hacienda para el pago de nóminas y aseguran que, de momento, la empresa sigue abonándolas con recursos propios. Pero nadie sabe por cuánto tiempo más.
La SEPI, por su parte, ha contratado a la consultora FTI para evaluar la viabilidad de la compañía. En otras palabras, está sopesando si merece la pena salvar a Duro Felguera o dejarla caer.
Martes: el día en que todo puede acabar
Si el domingo la negociación en Argelia no da frutos, Duro Felguera podría entrar en caída libre. El martes, cuando expire el preconcurso, la empresa tendrá que decidir entre dos caminos: pedir una prórroga de tres meses (una solución que todavía no está asegurada) o enfrentarse al concurso de acreedores, lo que pondría en jaque no solo a sus trabajadores, sino a toda su cadena de suministros y clientes.
Con el reloj corriendo sin pausa, la ingeniería asturiana está en el punto de no retorno. O Argelia desbloquea el conflicto y la SEPI entra en acción, o Duro Felguera podría vivir sus últimas horas como empresa operativa.