Más de 200 personas continúan fuera de sus hogares mientras se investigan las causas del siniestro que dejó 18 heridos y destruyó varias edificaciones
La calma aún no ha regresado a Mieres tras la devastadora explosión de gas ocurrida el pasado lunes 3 de marzo, que redujo a escombros un edificio de dos plantas, dejó 18 heridos y obligó a desalojar a más de 200 vecinos.
A día de hoy, la incertidumbre sigue marcando el día a día de los afectados. Mientras algunos intentan recuperar la normalidad, otros continúan sin poder regresar a sus hogares debido a los daños estructurales que obligaron a la demolición de dos edificios adicionales por riesgo de colapso.
Las autoridades han reforzado la seguridad en la zona, mientras que los técnicos evalúan los edificios adyacentes para determinar si pueden ser habitados de nuevo. Al mismo tiempo, la investigación sobre las causas de la explosión sigue su curso, con la hipótesis principal centrada en una posible fuga de gas en una tubería dañada.
Un balance de daños que aún pesa sobre Mieres
La explosión, que tuvo lugar en la Avenida de Méjico, dejó un escenario de destrucción en pleno casco urbano.
✅ Edificios afectados:
Un edificio de dos plantas quedó completamente destruido.
Dos edificaciones adicionales fueron demolidas por riesgo estructural.
Varios inmuebles cercanos presentan grietas, cristales rotos y daños en fachadas.
✅ Heridos y atención médica:
18 personas resultaron heridas, tres de ellas en estado grave.
Los heridos más graves fueron trasladados al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).
Otros pacientes fueron atendidos en hospitales como el Álvarez Buylla y el Valle del Nalón.
Algunos heridos leves fueron dados de alta en el mismo lugar del suceso.
✅ Evacuaciones y alojamientos provisionales:
Más de 200 vecinos fueron desalojados de sus viviendas por precaución.
Algunos han sido realojados en casas de familiares o en alojamientos habilitados por el Ayuntamiento.
Las autoridades trabajan para encontrar soluciones a largo plazo para quienes no puedan regresar a sus hogares.
Investigación en marcha: ¿qué causó la tragedia?
Mientras los vecinos intentan recomponer sus vidas, las investigaciones para esclarecer lo ocurrido siguen en curso.
La Policía Científica y la Policía Judicial han tomado el control del análisis del siniestro, examinando cada detalle del edificio destruido.
Se han recolectado muestras de escombros y restos de la red de gas para determinar si hubo una fuga o un fallo en la infraestructura.
Se investiga una posible segunda explosión, reportada por algunos testigos, que podría estar relacionada con una reacción en cadena en la red de gas o electricidad.
Las autoridades han mantenido bajo secreto de sumario la información obtenida hasta el momento para no interferir en las diligencias judiciales.
Además, se están llevando a cabo pruebas en los sistemas de gas de los edificios colindantes, para garantizar que no existan más fugas o problemas en la infraestructura.
Una ciudad paralizada: el impacto en la vida cotidiana
El barrio afectado sigue sumido en una actividad frenética de desescombro, inspecciones técnicas y trabajos de emergencia, lo que ha alterado la rutina de cientos de personas.
Las calles próximas siguen cerradas al tráfico y con acceso restringido.
Es probable que haya cortes temporales de gas, electricidad y agua en algunos edificios cercanos.
Comercios y negocios de la zona han visto reducida su actividad debido a la emergencia.
Los servicios municipales trabajan para restablecer la normalidad lo antes posible, pero la recuperación será un proceso largo y complejo.
Más allá de los daños físicos: el impacto emocional en los vecinos
Si bien la prioridad ha sido la atención a los heridos y la seguridad de los inmuebles, el trauma psicológico de los afectados no puede pasarse por alto.
Vecinos que lo perdieron todo en cuestión de segundos han manifestado su angustia e incertidumbre, especialmente aquellos que no saben si podrán regresar a sus hogares.
"Fue una explosión brutal, sentí que el suelo temblaba bajo mis pies y después todo fue humo y gritos. Nunca había pasado tanto miedo en mi vida", relató uno de los residentes que tuvo que ser evacuado de urgencia.
Los equipos de emergencias han recomendado apoyo psicológico para aquellos afectados por la tragedia, ya que el estrés postraumático puede prolongarse durante semanas o meses.
¿Qué sigue ahora?
Las investigaciones continúan para esclarecer la causa exacta del siniestro.
Los técnicos siguen evaluando si otros edificios dañados podrán ser habitados nuevamente.
Los vecinos desalojados esperan noticias sobre el futuro de sus viviendas.
El Ayuntamiento de Mieres ha solicitado apoyo económico para la reconstrucción de la zona afectada.
La explosión de gas en Mieres ha dejado una huella imborrable en la comunidad. A medida que la ciudad avanza en su recuperación, las autoridades deberán garantizar una respuesta rápida y eficaz, no solo en la reconstrucción de los inmuebles, sino también en el apoyo a las familias afectadas.
Mientras tanto, los vecinos se aferran a la esperanza de que pronto puedan volver a la vida que tenían antes del fatídico 3 de marzo.