Avilés viaja en el tiempo con el Descenso de Galiana: un delirio de espuma, disfraces y pura magia festiva

Avilés viaja en el tiempo con el Descenso de Galiana: un delirio de espuma, disfraces y pura magia festiva

Las calles de Avilés se transformaron este sábado en un escenario donde el tiempo y el espacio dejaron de tener sentido. La XXXVII edición del Descenso Internacional y Fluvial de Galiana volvió a convertir la ciudad en un desfile de artilugios imposibles, disfraces sorprendentes y una ola imparable de espuma y fiesta.

Desde primera hora de la tarde, miles de personas se congregaron en el centro, muchas de ellas disfrazadas, dispuestas a vivir uno de los eventos más esperados del Antroxu avilesino, declarado Fiesta de Interés Turístico. Este año, con la temática "Viajes en el tiempo y el espacio", las 36 peñas participantes desplegaron todo su ingenio para hacer de esta edición una de las más espectaculares de la historia.

Creatividad sin límites en un viaje entre épocas y dimensiones

El patio del Colegio Palacio Valdés, punto de partida del desfile, era un hervidero de emoción mucho antes de que comenzara el recorrido. Entre música atronadora y un ambiente de pura adrenalina, los artilugios y sus ocupantes ultimaban detalles antes de lanzarse a la aventura.

Este año, la imaginación de las peñas superó todas las expectativas. La recreación de naves espaciales, portales interdimensionales, castillos medievales y máquinas del tiempo llenó de color y espectáculo las calles de Galiana, San Francisco y La Cámara. Entre los más comentados, la peña La Gandaya sorprendió con su ejército de alienígenas danzando al ritmo de Karol G, mientras que unos caballeros templarios del medievo se unían al baile sin desentonar.

Pero la fiesta no solo estaba en el desfile: el público también fue protagonista. Como cada año, las calles se convirtieron en un gigantesco tobogán de espuma, donde niños y adultos se lanzaban sin miedo, empapados de agua y diversión. En la plaza de Álvarez Acebal, el clamor era unánime:
¡Queremos más espuma, que se note que somos de Avilés! —gritaban varias familias entre risas, mientras la espuma cubría casi por completo a los más pequeños.

Un jurado con una tarea difícil y un récord de premios

El desfile, que este año arrancó media hora antes que en ediciones anteriores, mantuvo su ritmo pausado, permitiendo que el público disfrutara cada detalle de los artilugios. El primero en llegar a la plaza de España, punto clave del recorrido, fue el de la peña Los Belenitos, tardando aproximadamente una hora y media en completar el trayecto. Desde allí, el jurado observaba y tomaba notas para la difícil tarea de elegir a los mejores.

La recompensa para los más creativos estuvo a la altura del evento. El Ayuntamiento de Avilés incrementó la dotación de premios, alcanzando los 8.600 euros, 2.100 más que el año pasado. Un incentivo que sin duda contribuyó a elevar el nivel de los artilugios presentados.

Sin embargo, no todo fueron aplausos. Algunos asistentes criticaron la decisión de cerrar el Parque de Ferrera, lo que dificultó el tránsito entre calles abarrotadas de gente.
"Si lo dejaran abierto, se evitarían los atascos de personas y sería mucho más cómodo moverse", comentaban varios participantes a las puertas del parque.

Pero más allá de estos pequeños inconvenientes, el Descenso de Galiana volvió a demostrar por qué es una de las celebraciones más emblemáticas de Asturias. Su mezcla de creatividad, desenfado y un espíritu festivo sin límites lo han convertido en un evento legendario que, dentro de tres años, alcanzará su 40º aniversario.

Con cada edición, esta fiesta se supera a sí misma, consolidando su prestigio y atrayendo a más visitantes. El Antroxu de Avilés sigue escribiendo su historia, y el Descenso de Galiana es, sin duda, uno de sus capítulos más memorables.

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