El joven gijonés fue asesinado en la cárcel de Celanova tras ser condenado en un consejo de guerra. Su familia ha podido recuperar sus restos tras un proceso de exhumación y análisis forense.
Después de 86 años de espera, búsqueda y lucha por la memoria, la familia de Baldomero Vigil-Escalera Vallejo ha podido darle el descanso digno que le fue arrebatado en 1939. Este joven gijonés, fusilado a los 19 años en la prisión de Celanova (Ourense) tras ser condenado a muerte en un consejo de guerra, ha sido enterrado en el cementerio municipal de Deva, en Gijón/Xixón, donde por fin podrá descansar junto a los suyos.
El acto de entrega de los restos ha estado cargado de emoción y reivindicación, con la presencia de la viceconsejera de Derechos Ciudadanos, Beatriz González Prieto, y la directora general de Memoria Democrática, Begoña Collado, quienes han destacado la importancia de estos actos como un paso necesario para la justicia, la reparación y la verdad histórica.
"Cerrar las largas noches de piedra del franquismo"
Desde el cementerio de Deva, González Prieto ha subrayado la importancia de estos actos de memoria:
“Este es un acto de justicia. Es imprescindible seguir trabajando para recuperar a quienes siguen en cunetas y fosas comunes. Cerrar las largas noches de piedra que supuso el franquismo pasa por devolver la dignidad a cada una de sus víctimas”.
Por su parte, Begoña Collado ha resaltado la labor de colaboración entre administraciones, universidades y expertos forenses para avanzar en la recuperación de restos y en el cumplimiento de las leyes de Memoria Democrática autonómica y estatal.
Una fosa común en Celanova: Seis asturianos asesinados
Los restos de Baldomero Vigil-Escalera fueron hallados en diciembre de 2022 en la fosa común del cementerio de San Breixo, en Celanova, donde fue enterrado junto con otros seis asturianos fusilados el 22 de septiembre de 1939.
En junio de 2023, los restos de Abelardo Suárez (28 años) y Marcelino Fernández (22 años) fueron entregados a sus familias en Celanova. Todavía queda pendiente la identificación y entrega de otros cuatro asturianos:
- Guillermo de Diego (25 años), chófer de Mieres que vivía en Veriña.
- Alfonso Moreno Gayo (27 años), conductor salmantino residente en Gijón.
- Belarmino Álvarez García (29 años), minero de Sama que residía en Oviedo.
- Mariano Blanco González (36 años), litógrafo gijonés afincado en Oviedo.
El proceso de exhumación ha sido posible gracias al trabajo del Comité de Memoria de Celanova, el grupo Histagra de la Universidad de Santiago de Compostela y el médico antropólogo forense Fernando Serrulla, encargado de la dirección de la exhumación.
La historia de Baldomero Vigil-Escalera: de la prisión al fusilamiento
Baldomero fue apresado en octubre de 1937, en plena Guerra Civil, y trasladado al campo de concentración de Camposancos, en A Guarda (Pontevedra). En julio de 1938, un consejo de guerra lo condenó a muerte y en enero de 1939 fue enviado a la prisión de Celanova, donde fue ejecutado el 22 de septiembre junto con sus compañeros.
Este episodio es solo una parte del oscuro capítulo de la represión franquista en la zona. Entre 1936 y 1943, el cementerio parroquial de San Breixo se convirtió en una gran fosa común en la que fueron enterradas numerosas víctimas del franquismo.
Un memorial para recordar a las víctimas
La localidad de Celanova no quiere olvidar lo ocurrido. El próximo 23 de marzo, se inaugurará en el cementerio de San Breixo un memorial en honor a todas las víctimas de la represión franquista enterradas allí. Será un espacio de recuerdo y homenaje para quienes, como Baldomero, perdieron la vida por sus ideales y cuya historia estuvo silenciada durante décadas.
"Que no sea necesario devolver más restos a familias que han esperado demasiado"
El acto de hoy en el cementerio de Deva ha contado con la presencia del alcalde de Celanova, Antonio Puga, representantes de la Universidad de Santiago de Compostela, la concejala de Memoria Democrática del Ayuntamiento de Gijón, Montserrat López Moro, y la familia de Baldomero, representada por su sobrina Pilar Solares Vigil-Escalera y su marido, José Manuel García Fernández.
Las palabras de la viceconsejera Beatriz González han sido claras:
“Es imprescindible que las personas demócratas aúnen esfuerzos para frenar el avance del fascismo. Que no sea necesario devolver más restos a familias que han esperado demasiado”.