Pelea, derrapes y caos en Puerto de Vega: una terraza convertida en ring de boxeo

Pelea, derrapes y caos en Puerto de Vega: una terraza convertida en ring de boxeo

El sol de mediodía bañaba las calles de Puerto de Vega en un domingo tranquilo. Las terrazas estaban llenas, los cafés humeaban y las conversaciones fluían relajadas. Pero todo cambió en cuestión de segundos. El rugido de un motor rompió la calma. Un coche irrumpió en la escena a toda velocidad, haciendo pasadas frenéticas frente a una terraza repleta de clientes.

A los mandos del vehículo, un hombre que acababa de salir de prisión. En la terraza, otro vecino, acompañado de sus padres, observaba incrédulo el espectáculo. Lo que empezó como una exhibición de derrapes se convirtió en un desafío abierto, en una provocación imposible de ignorar. Las miradas se cruzaron. Las palabras volaron. Y después, volaron también los golpes.

De la calma a la tormenta en segundos

El conductor detuvo el coche en seco, abrió la puerta de un portazo y se dirigió directo hacia la terraza. Su rival ya estaba en pie. Los insultos subieron de tono, los clientes de la terraza se apartaron, y en un abrir y cerrar de ojos, los dos hombres se enzarzaron en una pelea.

Puñetazos, empujones, sillas cayendo al suelo. La escena parecía sacada de una película de acción. Los vecinos y visitantes miraban atónitos mientras los golpes resonaban en la calle. Algunos sacaron el móvil, otros intentaron calmar la situación sin éxito. El caos estaba desatado.

Despliegue policial en minutos

El estruendo no pasó desapercibido. Varias patrullas de la Guardia Civil y agentes de la Policía Local irrumpieron en la zona en cuestión de minutos. Los uniformados rodearon la escena, separando a los implicados mientras estos seguían lanzándose amenazas entre jadeos y gestos de rabia.

La situación, aunque tensa, no dejó heridos de gravedad. Pero la historia no terminó ahí. Ambos implicados, aún con la adrenalina a flor de piel, anunciaron su intención de denunciarse mutuamente en el cuartel de la Guardia Civil.

Un domingo para la historia en Puerto de Vega

El bullicio de la terraza había dado paso a un silencio de incredulidad. Las sillas tiradas, las miradas entre clientes y camareros, los restos de vasos rotos en el suelo… Nadie podía creer lo que acababa de ocurrir. Un domingo de vermut se había transformado en un espectáculo inesperado que muchos en Puerto de Vega tardarán en olvidar.

Lo único seguro es que, cuando los clientes de la terraza vuelvan a sentarse en sus mesas la próxima semana, mirarán con recelo cada coche que pase rugiendo frente a ellos.

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