El impacto fue inevitable. La Policía investiga las circunstancias del suceso mientras la conmoción se extiende entre los vecinos
Un grito ahogado. El rugido del tren cortando la noche. Un instante fatal. La tragedia golpeó de lleno La Corredoria este sábado, cuando una joven de 18 años fue arrollada mortalmente en un punto de paso no autorizado, a la altura del Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (INCAR).
Los servicios de emergencias recibieron la llamada a las 19:55 horas. En cuestión de minutos, ambulancias, patrullas de la Policía Nacional y agentes de la Policía Local irrumpieron en la escena, pero la realidad era devastadora: no había nada que hacer. El golpe del convoy fue brutal.
Un punto negro que vuelve a estar en el foco
El lugar del accidente no es nuevo en la crónica negra ferroviaria de la ciudad. Un punto de paso clandestino, sin señalización, sin protección, pero tristemente transitado. Vecinos de la zona lo conocen y lo denuncian, pero sigue ahí, una trampa mortal en la que ayer la fatalidad escribió su última víctima.
La Policía Nacional ha asumido la investigación. Se analiza si la joven intentó cruzar sin percatarse de la llegada del tren, si pudo haber un despiste fatal o si hay otros factores que aún no han salido a la luz.
Caos en el transporte y tensión en la estación
El impacto del accidente obligó a interrumpir la circulación ferroviaria entre los apeaderos de La Corredoria y Parque Principado. Los viajeros quedaron atrapados en sus trayectos, sin información, sin saber qué había sucedido, hasta que los murmullos trajeron la noticia: un tren había atropellado a una persona.
El tráfico ferroviario se restableció horas después, cuando las autoridades finalizaron su intervención y los restos de la tragedia fueron retirados de la vía. Pero en el barrio, el eco del suceso sigue resonando.
Dolor y desconcierto: los padres, atendidos por los sanitarios
Mientras el operativo policial se desplegaba, la peor noticia golpeaba a una familia. Los padres de la víctima, desolados, tuvieron que ser atendidos por los servicios de emergencia ante la magnitud del shock.
El barrio de La Corredoria amanece hoy con una pregunta sin respuesta: ¿cuántas tragedias más serán necesarias para que se actúe sobre estos puntos peligrosos?