Cada 15 de febrero, el mundo se une en una lucha común: combatir el cáncer infantil y mejorar la calidad de vida de los pequeños pacientes y sus familias.
El cáncer infantil es una de las enfermedades más desafiantes de la pediatría, pero los avances en investigación han permitido alcanzar una tasa de supervivencia del 83,9% a los cinco años en España. Sin embargo, cada diagnóstico sigue suponiendo un golpe devastador para las familias, y la comunidad médica y científica sigue trabajando incansablemente para mejorar los tratamientos y reducir el impacto de la enfermedad.
Cifras en España y Asturias: una realidad que no podemos ignorar
???? En 2024, se diagnosticaron cerca de 1.000 nuevos casos de cáncer infantil en España en menores de 14 años.
???? Asturias registró 16 nuevos casos en 2024, con una previsión de 11 nuevos diagnósticos anuales en 2050.
???? Entre los tipos más comunes de cáncer infantil se encuentran:
- Leucemia (5 casos en Asturias en 2024)
- Tumores cerebrales (2 casos)
- Linfomas no-Hodgkin (2 casos)
- Linfoma de Hodgkin (1 caso)
- Otros tumores sólidos como el neuroblastoma, osteosarcoma y sarcoma de Ewing.
La investigación, clave para aumentar la supervivencia
Gracias a los esfuerzos en investigación, cada año se mejoran los tratamientos y se desarrollan nuevas terapias que permiten aumentar la esperanza de vida y reducir los efectos secundarios a largo plazo en los niños que han superado la enfermedad.
La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) lleva más de 50 años financiando proyectos de investigación en cáncer, y en la actualidad destina 11,5 millones de euros a la lucha contra el cáncer infantil, apoyando 42 iniciativas científicas en busca de mejores tratamientos.
Un compromiso que debe ser de todos
Cada 15 de febrero, el Día Mundial Contra el Cáncer Infantil nos recuerda que la batalla contra esta enfermedad no ha terminado. Desde las asociaciones de pacientes hasta los equipos médicos, pasando por las familias y la sociedad en general, es fundamental seguir impulsando la investigación, mejorar la atención sanitaria y garantizar el apoyo necesario a los niños afectados y sus familias.
El cáncer infantil no es solo una lucha médica: es una causa que nos concierne a todos.