Aunque cada vez sea más políticamente incorrecto afirmarlo en voz alta, mucha gente todavía piensa que las mujeres, por causas biológicas, son menos capaces que los hombres en el campo de las matemáticas. Con el fin de erradicar estos mitos, dos investigadores de la Sociedad Americana de Matemáticas (AMS, por sus siglas en inglés), han comparado datos mundiales del rendimiento por género en esta ciencia.
“Podemos confirmar que, a escala mundial, no existe diferencia de género en el rendimiento matemático”, afirma a SINC Jonathan Kane, autor de un estudio que compara los resultandos obtenidos por chicas y chicos de diferentes países.
Para realizar este informe, los autores han evaluado los resultados de las Olimpiadas Matemáticas Internacionales, de 2001 a 2010, del estudio PISA 2009, que valora internacionalmente el rendimiento de los estudiantes y del TIMSS, que compara el nivel en matemáticas de los alumnos estadounidenses con los de otros países.
“Los datos varían enormemente de un lugar a otro, por lo que tiene que haber factores socioculturales dentro de cada país que afectan a las desigualdades que aún se observan. Si hubiera una base biológica, no dependería ni del el lugar ni del tiempo”, razona el autor.
Pese a ello, este mensaje sigue trasmitiéndose. “En EE UU hay muchos elementos en la cultura que sugieren que las chicas no son buenas en las matemáticas”, explica Kane. “En muchas ocasiones, estas presiones culturales hacen que ellas ni siquiera intenten estudiarlas”.
“Y justamente esto es lo que acaba provocando la desigualdad de género en las ciencias”, denuncia Kane. Aunque, según los autores, incluso en los lugares en los que sí se observan diferencias, como EE UU, la brecha se ha ido estrechando con los años.
En la segunda mitad del siglo XX el número de mujeres que hicieron un doctorado en matemáticas pasó del 5% al 30%. También en EE UU, en 1970 por cada 13 chicos ‘dotados’ para esta ciencia (que obtienen una puntuación más alta en los tests escolares), había solo una chica. Hoy en día, la proporción es mayor: una mujer por cada tres hombres.
“Estos grandes cambios que se han desarrollando durante los últimos años también sirven para invalidar la supuesta base biológica”, afirma Kane. Y además, conducen hacia un escenario más positivo tanto para las mujeres como para los hombres, según afirman los investigadores.
“En las sociedades en las que las mujeres son tratadas con más igualdad, los resultados en matemáticas de las chicas mejoran y también lo hacen los de los chicos”, realta Kane. “Esto sugiere que la igualdad puede ayudar tanto los hombres como a las mujeres a mejorar su rendimiento”.
Mitos que se tambalean
Algunas personas creen que el menor número de mujeres destacadas en las matemáticas, que todavía se observa en algunos países, refleja las diferencias inherentes a los propios géneros, e incluso postulan hipótesis concretas para justificarlas. Jonathan Kane y Janet Mertz refutan en su artículo algunos de estos argumentos.
La hipótesis de la mayor variabilidad masculina
Lawrence Summers, en 2005, cuando era presidente de la Universidad de Harvard, postuló que los hombres, de manera intrínseca, presentan más variabilidad en sus habilidades. Según esta idea, en matemáticas hay más chicos tanto en el grupo más brillante como en el más mediocre.
Sin embargo, Kane y Mertz observaron que existen grandes diferencias entre países, lo que indica que no es una constante de género derivada de la biología. En este caso, observaron que en Taiwán, la variabilidad de chicos era 1,31 veces la observada en chicas. Sin embargo, en Marruecos era la misma. Y en Túnez, las chicas presentaban más alteraciones en sus aptitudes matemáticas que los chicos.
La hipótesis de la cultura musulmana
Recientemente, los economistas estadounidenses Roland Gerhard Fryer y Steve Levitt conjeturaron que los países musulmanes son un buen escenario para el rendimiento matemático de las chicas, ya que sus resultados superan a los de los varones en muchos de estos países.
“Nosotros hemos probado que estas afirmaciones derivan de sesgos en los datos”, explica a SINC Kane. “Y también del hecho de que el rendimiento de los chicos son inusualmente bajos en estos países”.
La hipótesis de las clases separadas por sexo
Fryer y Levitt también sugirieron que, una posible explicación de los buenos resultados obtenidos por chicas en los países islámicos es la predominancia de colegios diferenciados por sexos en esos lugares.
Pero, según el estudio, la disgregación en la escuela tiene poco que ver con el rendimiento en matemáticas. “En algunos países los estudiantes en colegios mixtos lo hacen mejor, y en otros peor”, concluye Kane.
Imagen: ferris