De una pobreza del 55% al 38,9% en meses: el fenómeno económico que divide opiniones.
Superávit energético récord y un crecimiento inesperado del PIB.
Ajustes brutales, subsidios eliminados y sectores vulnerables golpeados: el costo del "milagro".
Argentina ha cambiado. Un país que hace un año estaba al borde del colapso, con riesgo de hiperinflación, cuentas fiscales descontroladas y un mercado paralizado, hoy se enfrenta a una transformación tan rápida como sorprendente. Para algunos, se trata de un milagro económico. Para otros, simplemente es Milei en estado puro: un modelo de ajuste extremo que está desmantelando lo que hasta hace poco era la estructura económica del país.
El dato más impactante: la pobreza, que alcanzó el 55% en los primeros meses de 2024, ha caído hasta el 38,9% en el tercer trimestre, según las proyecciones del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (CNCPS) basadas en datos oficiales del INDEC. El descenso es más que notable y ha sido acompañado por la reducción de la inflación y la recuperación de los salarios reales.
Pero, ¿qué hay detrás de estos números? ¿Es sostenible este modelo? Y, sobre todo, ¿quiénes son los verdaderos ganadores y perdedores de la era Milei?
Un "milagro" con raíces en el ajuste extremo
Cuando Javier Milei asumió la presidencia, el país estaba sumido en una crisis profunda. La inflación mensual superaba el 25% y la pobreza avanzaba sin freno. Su plan fue claro desde el principio: un ajuste drástico, eliminación de subsidios, liberalización de precios y apertura de los mercados.
Los efectos en números:
- Superávit fiscal primario alcanzado por primera vez desde 2010.
- Desinflación rápida: el IPC pasó del 25% mensual al 2,4% en noviembre de 2024.
- Superávit energético récord: 5.668 millones de dólares, el más alto en 18 años.
- PIB en crecimiento: un 3,9% en el tercer trimestre de 2024.
El recorte del gasto público y la estabilización monetaria han permitido frenar la escalada de precios, lo que ha llevado a que los salarios reales recuperen poder adquisitivo. Con el aumento del consumo y de la inversión, la pobreza ha caído drásticamente, pero la pregunta clave sigue en el aire: ¿a qué precio?
¿Quién gana y quién pierde en la nueva Argentina?
La otra cara de este "milagro" es el costo social de las reformas. Si bien la reducción de la pobreza es innegable, lo es también la dureza de las medidas que han dejado en la cuerda floja a miles de argentinos.
Los ganadores:
- Los sectores energéticos y financieros: Con el auge de la producción en Vaca Muerta y la desregulación de mercados, estos sectores han visto crecimientos récord.
- La inversión privada: Se ha disparado con la eliminación de restricciones y un clima de negocios más estable.
- Empresas con acceso al mercado en dólares: La apertura parcial ha permitido a ciertos actores beneficiarse de la desregulación.
Los perdedores:
- Jubilados y empleados públicos: Recortes en pensiones y despidos masivos han golpeado a estos sectores.
- Clases medias con subsidios eliminados: Tarifazos en servicios básicos como electricidad y transporte han generado un fuerte impacto.
- Pequeños comercios y sectores informales: La abrupta contracción del gasto público redujo su margen de maniobra.
El Estado se ha retirado de muchos frentes, y mientras algunos celebran la eficiencia del ajuste, otros alertan sobre el costo humano del experimento libertario de Milei.
El desafío de la sostenibilidad
El gobierno ha conseguido frenar la inflación, estabilizar el mercado y reducir la pobreza a gran velocidad, pero queda una gran pregunta: ¿Es sostenible este modelo a largo plazo?
La OCDE reconoce los avances, pero advierte que Argentina sigue en una zona de riesgo. Aunque las cuentas fiscales parecen más sólidas, el desafío ahora es evitar una recesión producto del ajuste extremo.
Por ahora, el Mileinismo ha dado resultados que pocos imaginaban en tan poco tiempo. Los números sonríen, pero la realidad en la calle es más compleja.
La Argentina de 2025 es un país diferente. Para algunos, renace; para otros, sobrevive. Pero lo que nadie puede negar es que, en solo un año, ha cambiado por completo.