Los animales, sin chip ni vacunas, ya habían protagonizado incidentes previos antes del brutal ataque en la Senda Verde de Tremañes.

Lo que debía ser una jornada más de entrenamiento se convirtió en una pesadilla. Carmen Corujo, una atleta de 67 años, fue atacada brutalmente por dos perros mientras corría por la Senda Verde de Tremañes. Ahora, meses después del suceso, el dueño de los animales se enfrenta a 17 meses de prisión por un delito de lesiones por imprudencia grave.

Un ataque salvaje y una carrera por la vida

Todo ocurrió el 16 de marzo de 2024, en una mañana como cualquier otra. Carmen Corujo, corredora habitual de la Senda Verde, se encontraba a mitad de su ruta cuando dos perros se abalanzaron sobre ella. "Me tiraron al suelo y empezaron a morderme sin parar. Sentí que no iba a salir de allí", relató la víctima tras el ataque.

Los gritos de la deportista alertaron a un conductor que pasaba por la zona y que, sin dudarlo, detuvo su vehículo para intentar ahuyentar a los animales. Minutos después, llegaron agentes de la Policía Local, quienes se vieron obligados a disparar al aire para dispersar a los perros y poner fin a la agresión.

Los perros: sin chip, sin vacunas y con antecedentes peligrosos

Tras el ataque, las autoridades descubrieron que los animales no tenían chip ni vacunas, lo que agravó aún más la situación. No era la primera vez que estos perros causaban problemas en la zona: ya habían sido denunciados en varias ocasiones por comportamiento agresivo. A pesar de ello, su dueño, un joven de 29 años, los mantenía sin ningún tipo de control ni medidas de seguridad.

Los animales fueron trasladados al albergue municipal de Serín, donde se evaluó su comportamiento y peligrosidad. Paralelamente, la Policía Nacional detuvo al propietario el pasado 3 de abril de 2024, acusado de un delito de lesiones por imprudencia grave.

El juicio y la posible condena

El proceso judicial sigue su curso y el Ministerio Fiscal ha solicitado 17 meses de cárcel para el dueño de los perros, además de la inhabilitación para la tenencia de animales durante varios años. La defensa argumenta que el ataque fue "un accidente fortuito", mientras que la acusación sostiene que hubo una clara negligencia al permitir que animales peligrosos estuvieran sueltos sin ningún tipo de control.

Este caso ha reabierto el debate sobre la responsabilidad de los propietarios de perros y la necesidad de endurecer la legislación en cuanto a animales potencialmente peligrosos. "Hoy fui yo, pero podría haber sido cualquier otra persona, incluso un niño", lamentó Corujo tras conocer las medidas legales contra el acusado.

Un precedente para la seguridad ciudadana

La brutal agresión sufrida por Carmen Corujo ha sacudido a la comunidad gijonesa, despertando la preocupación de corredores y vecinos que frecuentan la Senda Verde. Las autoridades locales han insistido en la importancia de registrar a los perros, asegurarse de que cumplen con la normativa sanitaria y, sobre todo, evitar dejarlos sueltos en espacios públicos sin control.

Mientras tanto, la corredora trata de recuperarse, no solo de las heridas físicas, sino del trauma que le ha dejado esta experiencia. "No sé si podré volver a correr por la Senda sin miedo", confesó. La sentencia del caso se espera en las próximas semanas y marcará un precedente en la lucha por una mayor seguridad en espacios públicos.