El pasado viernes, una tranquila mañana en el bar El Patio de Santa Ana, en Avilés, se transformó en una escena surrealista digna de una película de acción. A las 10:30 horas, un jabalí, fuera de control y visiblemente nervioso, irrumpió en el establecimiento, dejando a los trabajadores y vecinos en estado de shock.

El inicio del caos

Yurani Andrade, empleada del local, nunca imaginó que su rutina matutina de limpieza sería interrumpida por un visitante tan inesperado. “Estaba limpiando los cristales cuando, de repente, vi al jabalí entrar corriendo. Me llevé un susto tremendo”, relató aún afectada por el incidente.

El animal, confundido y revolucionado, recorrió el bar a toda velocidad, alcanzando incluso la cocina. Andrade, desesperada, intentó expulsarlo, pero al no lograrlo, salió a la calle gritando para pedir ayuda. “No sabía qué hacer, fue un momento de auténtico pánico”, explicó.

Intervención policial y una salida triunfal

La tensión duró varios minutos hasta que una patrulla de la Policía Local llegó al lugar. Con habilidad y cautela, los agentes consiguieron dirigir al animal hacia la salida, poniendo fin a su inesperada “visita”. Sin embargo, el jabalí dejó su rastro: manchas de barro, un fuerte olor y el susto grabado en la memoria de los trabajadores.

“Tuvimos que desmontar la cocina para limpiarla entera. El olor era insoportable”, comentó Andrade, quien no olvidará fácilmente esta experiencia.

Un problema creciente

Este incidente no es un hecho aislado en Avilés. En los últimos meses, los avistamientos de jabalíes en áreas urbanas han ido en aumento, convirtiéndose en una preocupación tanto para los ciudadanos como para las autoridades. En Asturias, la población de jabalíes supera los 48.000 ejemplares, según un estudio del Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (Indurot). La sobrepoblación ha llevado al Gobierno del Principado a intensificar las medidas de control, proponiendo un incremento en la caza durante las temporadas cinegéticas.

Una invasión nacional

El problema no se limita a Asturias. En otras regiones de España, como Oropesa del Mar en Castellón, jabalíes han sido vistos paseando por playas, sorprendiendo a bañistas y turistas. La interacción entre la fauna salvaje y las zonas urbanas plantea un desafío que requiere soluciones inmediatas y sostenibles.

El lado humano del susto

A pesar del caos, los empleados y vecinos han encontrado momentos para bromear sobre lo sucedido. “Ahora podemos decir que tenemos un cliente muy especial. Aunque espero que no vuelva”, comentó uno de los trabajadores entre risas.