El Gobierno de Asturias ha iniciado un ambicioso proceso para alcanzar un pacto social por la salud mental, un compromiso colectivo que no solo marcará un antes y un después en el bienestar emocional de la población, sino que será la piedra angular de la futura ley autonómica de salud mental. Este proyecto, liderado por la Consejería de Salud, involucra a asociaciones, colectivos profesionales, grupos parlamentarios, agentes sociales y ciudadanía, en un esfuerzo por construir una hoja de ruta conjunta que aborde los retos más urgentes en esta materia.

La primera reunión, celebrada ayer, contó con la presencia de la consejera de Salud, Concepción Saavedra, y el director general de Salud Pública y Atención a la Salud Mental, Ángel López. Ambos encabezaron el encuentro con asociaciones clave como Hierbabuena, Bipolares de Asturias y Abrazos Verdes. Durante la reunión, Saavedra destacó la importancia de escuchar directamente a los pacientes y sus familias, quienes aportan "una visión imprescindible para definir los criterios y objetivos de este pacto".

Un cronograma ambicioso y participativo

El proceso se desarrollará en varias fases. En primer lugar, se mantendrán reuniones hasta finales de febrero con representantes del Foro de la Salud Mental, un órgano participativo que agrupa a más de 30 entidades, incluidas asociaciones de pacientes, familias, colectivos profesionales y organizaciones del tercer sector. Durante este tiempo, se elaborará un primer borrador del pacto que será presentado en una segunda convocatoria del foro.

Posteriormente, se abrirá una nueva etapa de diálogo con agentes sociales, ayuntamientos y otros actores no representados en el foro. Por último, los grupos parlamentarios serán convocados para afianzar el consenso político necesario que asegure la aprobación del pacto y la futura ley.

Un enfoque integral y transformador

El Foro de la Salud Mental, concebido como un espacio de debate y análisis, abordará temas clave como la calidad de la atención, las nuevas demandas de la población, las políticas desarrolladas hasta ahora y, especialmente, la lucha contra el estigma social asociado a los trastornos mentales. Este enfoque busca no solo mejorar la atención sanitaria, sino también promover un cambio cultural en la forma en que la sociedad percibe y enfrenta la salud mental.

La consejería tiene como objetivo cerrar el pacto a mediados de este año, de modo que el proyecto de ley pueda estar listo para su debate y aprobación en 2026. "Estamos sentando las bases de una ley que será transformadora y que responderá a las verdaderas necesidades de nuestra población", afirmó Saavedra.

Un compromiso colectivo por el bienestar emocional

Este pacto representa una oportunidad única para Asturias de liderar el camino hacia una política integral de salud mental, basada en la colaboración, la escucha activa y la participación ciudadana. En un contexto en el que el bienestar emocional se ha convertido en una prioridad global, el Gobierno asturiano da un paso al frente para construir un futuro más justo, inclusivo y saludable.