Asturias enfrenta un desafío demográfico sin precedentes: envejecimiento acelerado y descenso de la natalidad

Asturias enfrenta un desafío demográfico sin precedentes: envejecimiento acelerado y descenso de la natalidad

Asturias se consolida como la comunidad autónoma más envejecida de España, con un 28,20% de su población mayor de 65 años, superando a regiones como Castilla y León (27,08%) y Galicia (26,77%)  Esta tendencia ha ido en aumento desde 2010, cuando el porcentaje se situaba en un 22%.

Paralelamente, la tasa de natalidad en el Principado ha experimentado un descenso significativo. En 2023, se registraron 4.545 nacimientos, un 4,2% menos que el año anterior, situando la tasa de natalidad en 4,72 nacidos por cada mil habitantes, la más baja del país. Esta disminución se ha mantenido constante desde la década de 1990, cuando los menores de 15 años representaban el 18% de la población, en contraste con el 10,77% actual.

El saldo vegetativo negativo es otra preocupación creciente. En 2023, Asturias registró 13.012 defunciones, un 6,6% más que en 2022, lo que resulta en una diferencia de 8.467 personas entre nacimientos y defunciones. Esta situación se refleja en la relación de mayores de 65 años respecto a los menores de 16, que alcanzó un nuevo máximo histórico al situarse en el 249% en 2023.

Las proyecciones demográficas no son alentadoras. Se estima que la población asturiana disminuirá en los próximos quince años, pasando de 1.008.874 habitantes en diciembre de 2023 a 967.328, lo que representa una reducción del 4,1%. Este descenso demográfico plantea desafíos significativos para la sostenibilidad económica y social de la región.

El envejecimiento de la población también tiene implicaciones económicas. Asturias presenta una de las tasas más bajas de cotizantes por pensionista, con menos de dos cotizantes por cada jubilado, lo que pone en tensión la sostenibilidad del sistema de pensiones.

Para abordar esta problemática, el Principado ha implementado el Plan Demográfico 2017-2027, que busca afrontar los desafíos del envejecimiento, las bajas tasas de natalidad y la despoblación de zonas rurales. Sin embargo, revertir estas tendencias requiere de políticas integrales que fomenten la natalidad, atraigan y retengan a la población joven, y promuevan el desarrollo económico sostenible en la región.

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