Las plantas alpinas adelantarán su germinación dos meses por el cambio climático, según un estudio de la Universidad de Oviedo

Las plantas alpinas adelantarán su germinación dos meses por el cambio climático, según un estudio de la Universidad de Oviedo

Investigadores del IMIB revelan que las semillas de más de 50 especies alpinas muestran una gran plasticidad para adaptarse a escenarios más cálidos, aunque algunas podrían enfrentarse a extinciones locales.

 

El cambio climático no solo afecta las temperaturas globales, sino también el delicado equilibrio de los ecosistemas de alta montaña. Una investigación pionera del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (IMIB) de la Universidad de Oviedo, en colaboración con el CSIC y el Principado de Asturias, demuestra cómo las plantas alpinas de la Cordillera Cantábrica están modificando sus patrones de germinación en respuesta a escenarios climáticos más cálidos.

Un adelanto de casi dos meses en la germinación

El estudio, publicado en la revista Journal of Ecology, analizó las semillas de 54 especies de plantas alpinas bajo diferentes condiciones climáticas. En ambientes más cálidos, la germinación no solo fue más temprana, con un adelanto promedio de casi dos meses, sino también más abundante. Sin embargo, en condiciones más frías, caracterizadas por largos períodos de nieve y temperaturas frescas en verano, la germinación se retrasó y fue menos eficiente.

Impacto de los microclimas en las plantas alpinas

La investigación destaca cómo pequeños cambios en las condiciones microclimáticas del suelo, como diferencias de apenas 2 o 3 grados Celsius, pueden tener un impacto significativo en la fenología de la germinación. Estas variaciones, aunque sutiles, resultan críticas para la supervivencia de las plantas en ecosistemas tan extremos como los alpinos.

Las comunidades vegetales alpinas evaluadas incluyen hábitats de tipo mediterráneo y templado, conocidos como fellfield y snowbed, respectivamente. Mientras que las zonas más expuestas y cálidas (fellfield) favorecen una germinación más rápida, las áreas protegidas y frías (snowbed) presentan un retraso notable, poniendo en riesgo a especies dependientes de estas condiciones.

¿Adaptación o extinción?

El estudio subraya que algunas especies, como Iberis carnosa Willd, podrían beneficiarse del calentamiento global al germinar antes y de manera más efectiva. Sin embargo, otras como Carex sempervirens Vill, que requieren frío y humedad para activar la germinación, enfrentan un futuro incierto, con posibles extinciones locales. Esto podría alterar la composición de las comunidades alpinas y provocar cambios irreversibles en estos ecosistemas.

A pesar de ello, la investigación también revela una notable plasticidad en algunas especies, lo que podría ser clave para su adaptación a las nuevas condiciones climáticas. Este hallazgo proporciona esperanza para la resiliencia de la vegetación alpina ante el calentamiento global.

Conservación para el futuro

Como medida preventiva, las semillas no utilizadas en el estudio han sido almacenadas en el banco de germoplasma del Jardín Botánico Atlántico de Gijón, garantizando su conservación para futuras investigaciones y posibles reintroducciones.

Este trabajo refuerza la importancia de entender las respuestas de las plantas al cambio climático, no solo a nivel macroclimático, sino también en relación con los gradientes microclimáticos locales. La investigación ofrece una herramienta clave para predecir la resiliencia de las comunidades vegetales alpinas en un mundo cada vez más cálido.

 

Pie de foto: La investigadora Clara Espinosa del Alba.

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