El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades ha desatado una tormenta en la comunidad científica española al cancelar, en plena Navidad, una convocatoria de ayudas por valor de 31 millones de euros destinada a proyectos de inteligencia artificial (IA). La decisión, comunicada a los investigadores mediante un correo electrónico, ha sido justificada por "cuestiones técnicas" y por la necesidad de redirigir fondos hacia los damnificados por la reciente DANA que afectó al levante español.
Golpe al futuro de la ciencia española
La anulación de las ayudas, previstas para financiar proyectos interdisciplinares en IA, ha dejado en el aire decenas de investigaciones en universidades y centros tecnológicos de todo el país. En regiones como Asturias, la Universidad de Oviedo ha visto cómo tres proyectos cruciales quedaban sin respaldo. En el País Vasco, las pérdidas ascienden a 7,5 millones de euros, destinados a iniciativas clave para el desarrollo tecnológico.
Antonio Bahamonde, director del Centro de Inteligencia Artificial de la Universidad de Oviedo, no ha ocultado su frustración: "Esto no es solo una falta de respeto hacia la comunidad científica; es un freno al avance de España en un campo estratégico a nivel global". Según Bahamonde, la decisión supone una pérdida de recursos y genera una gran desconfianza en las políticas científicas del país.
Reacciones en cadena
La Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) ha exigido transparencia y una explicación detallada sobre esta medida. Paralelamente, el G-9 de Universidades, encabezado por la institución asturiana, ya ha anunciado acciones legales contra la cancelación.
José Hernández-Orallo, catedrático de la Universitat Politècnica de València, calificó la situación de “inadmisible”, destacando que mientras otros países refuerzan sus apuestas por la IA, España parece retroceder. "La IA no es solo un lujo, es un motor económico y social del siglo XXI. Perder esta oportunidad es imperdonable", afirmó.
Crisis de confianza y retroceso estratégico
Mario Díaz, presidente de la Academia de Ciencia e Ingeniería de Asturias, advirtió que decisiones como esta socavan la confianza de los investigadores en las instituciones públicas: "La inteligencia artificial es un pilar esencial para la competitividad futura de la Unión Europea. Este revés no solo afecta a la ciencia; afecta al futuro del país."
Además, los investigadores lamentan el tiempo y esfuerzo dedicados a propuestas que ahora han quedado en el limbo. Amador Menéndez, científico en el centro tecnológico Idonial, expresó su malestar: "España no puede permitirse improvisaciones en temas estratégicos como la IA. Necesitamos equilibrio entre atender necesidades urgentes y apostar por el progreso tecnológico."
¿Qué pasará ahora?
El Ministerio ha prometido una nueva convocatoria para 2025, pero la falta de detalles genera escepticismo. Mientras tanto, la comunidad científica espera medidas concretas para restaurar la confianza y retomar el impulso hacia la innovación en inteligencia artificial. La pregunta sigue siendo: ¿puede España permitirse este tipo de pasos atrás en su apuesta por el futuro?