Un conductor evita por segundos quedar atrapado, mientras vecinos de pueblos cercanos deberán realizar desvíos significativos

La carretera AS-227, que conecta Belmonte de Miranda con Somiedo, permanece completamente cerrada desde la tarde del sábado debido a un desprendimiento de rocas de gran tamaño. Un conductor logró evitar ser alcanzado por el derrumbe por escasos segundos, según informó el alcalde de Belmonte, Gilberto Alonso.

Desde el domingo por la mañana, equipos de la Consejería de Fomento trabajan en la limpieza y estabilización de la zona afectada. Sin embargo, la vía sigue cerrada debido al riesgo de nuevos desprendimientos, ya que una roca fracturada podría caer en cualquier momento. Se espera que el corte se prolongue al menos hasta el martes. Este lunes está previsto que un robot especializado en zonas de difícil acceso intervenga en la ladera dañada para asegurarla.

El desprendimiento ocurrió en el kilómetro 17 de la AS-227, poco después del cruce hacia Montovo, en dirección a Pola de Somiedo. Este incidente afecta principalmente a los residentes de las localidades de Agüerina, La Arena, Agüera, Almurce, Aguasmestas, Cueva y Noceda, quienes habitualmente tardan menos de media hora en llegar a la capital del concejo. Ahora, debido al cierre de la carretera, deben tomar un desvío por la AS-265 a través del Alto de San Lorenzo, lo que incrementa su tiempo de viaje a aproximadamente una hora y media. 

Como medida temporal, los servicios de atención médica urgente para estos vecinos se proporcionarán en Pola de Somiedo, ya que actualmente es más accesible que el centro de salud de Belmonte. Además, la línea de autobús del Consorcio de Transportes de Asturias que cubre el tramo Villablino-Oviedo mantendrá su servicio, aunque con el desvío mencionado por el Alto de San Lorenzo. 

El alcalde de Belmonte, Gilberto Alonso, ha destacado la rápida respuesta del Principado y la importancia de garantizar la seguridad de los conductores antes de reabrir la vía. Se están utilizando drones para evaluar la estabilidad de la ladera y maquinaria especializada para retirar las rocas en riesgo de caer. 

Este incidente se suma a una serie de desprendimientos que han afectado a la región en los últimos años, resaltando la necesidad de estudios geológicos y topográficos para prevenir futuros argayos y garantizar la seguridad en las carreteras de la zona.