Por UCM.- Uno de los principales objetivos estratégicos del sistema sanitario de cualquier país consiste en alcanzar la equidad en la prestación de servicios de atención sanitaria. ¿Existe en España tal equidad? Dicho de otra manera: el consumo de visitas al médico, ¿se distribuye entre los individuos exclusivamente de acuerdo con su necesidad clínica, o hay otros factores que influyen en el uso que la población hace de los servicios sanitarios?
Una investigación reciente en la que participa el Departamento de Economía Aplicada VI (Hacienda Pública y Sistema Fiscal) de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) muestra que, además de la necesidad, existen otras variables que explican la utilización de los servicios de atención primaria por parte de los pacientes de 50 o más años. Dicha investigación concluye que existe cierto grado de inequidad pro-pobres tanto en la primera visita (medida en términos de probabilidad de acceder a la asistencia o probabilidad de realizar al menos un contacto con el médico de atención primaria) como en las visitas subsiguientes al médico general (medida en términos de frecuencia de visitas condicionada a un primer contacto). Estos resultados reflejan que, a igual necesidad, los individuos con menor capacidad económica tienden a hacer un uso más intensivo de la atención primaria, en comparación con los individuos de mayor nivel de renta.
El estudio muestra que la mayor parte de las desigualdades que se registran en el uso de servicios médicos de primer nivel se explican como consecuencia de las diferencias en el nivel de necesidad. Así, el hecho de que los individuos con menor nivel de renta tengan peor salud es el principal factor determinante de que visiten más al médico. Este resultado viene a ratificar la importancia de los determinantes sociales de la salud, y la necesidad de aplicar políticas no estrictamente “sanitarias” (lucha contra la pobreza, etc.) para reducir las desigualdades sociales en salud.
La actuación y tratamiento del médico, entre las posibles causas de esta inequidad
Pero, además del estado de salud, existen otros factores que también muestran una influencia relevante en el consumo de servicios de atención primaria. Entre ellos, el nivel educativo, el estatus laboral y la renta. Así, los individuos con menos formación e inferior nivel de renta tienen tendencia a acudir más frecuentemente a las consultas del médico general, en comparación con las personas con más formación y capacidad de pago, aun en el caso de que presenten un estado de salud similar. Se desconocen las causas exactas de este hecho, si bien se apunta a que puede estar relacionado con diferencias en las preferencias de los individuos, o bien con la posibilidad de que los patrones de tratamiento aplicados por los médicos sean distintos dependiendo de la extracción social de los pacientes. Por otra parte, se comprueba que aquellas personas que están fuera del mercado de trabajo (por estar jubiladas, desempleadas, etc.) también son más propensas a acudir al médico general que quienes sí trabajan, como consecuencia de que se enfrentan a un menor coste de oportunidad en el consumo sanitario.
La información empleada en la investigación está extraída de la Encuesta de Salud, Envejecimiento y Jubilación en Europa, y corresponde a los años 2006-2007. Los resultados obtenidos por este estudio son consistentes con los obtenidos por otros trabajos que examinan la equidad en la prestación sanitaria para el conjunto de la población española adulta.
No obstante, el estudio no acaba aquí, es necesario continuar investigando en esta área temática. “Lo que aún está por descubrir es hasta qué punto el mayor uso de la atención primaria que, a igual necesidad, hacen los más desfavorecidos socialmente, se traduce (o no) en mejoras de salud”, puntualizan Rosa Urbanos y Eva Crespo, coautoras de este estudio publicado en la revista Health Policy.
Fuente: photl.com. Autor: Bhutros Iaco