Una operación de rescate casi cinematográfica en los Picos de Europa ha salvado la vida a un joven montañero que, tras sufrir un accidente, quedó atrapado en el remoto y escarpado Jou de los Boches, en el Macizo Oriental. A las 14:00 horas de ayer, los rescatistas del Grupo de Bomberos del SEPA, a bordo del helicóptero medicalizado, consiguieron localizarlo con vida, a pesar de las graves lesiones que presentaba, entre ellas un traumatismo craneoencefálico y múltiples fracturas.
El día había comenzado como cualquier otro en la montaña. Un equipo de rescate rastreaba una de las rutas más desafiantes del Macizo Oriental, entre el Refugio del Urriellu y Horcada de Caín, cuando algo rompió el silencio: un grito de auxilio. Las voces, débiles pero claras, llegaban desde el Jou de los Boches, un enclave de difícil acceso que parecía estar a kilómetros de distancia. Sin dudarlo, los rescatistas cambiaron el rumbo, y mientras el helicóptero sobrevolaba la zona, la tensión se apoderó de todos.
En cuestión de minutos, el helicóptero se posicionó sobre el terreno y los rescatadores vieron a un hombre en pie, visiblemente afectado pero aferrado a la vida. Sin tiempo que perder, descendieron rápidamente al lugar. Allí, en medio de la nada, el joven montañero fue atendido por un bombero-rescatador y un médico-rescatador. Aunque las heridas eran severas, se encontraba consciente, lo que permitió estabilizarlo para su evacuación. La maniobra fue rápida y precisa: izado al helicóptero y vuelo directo al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde llegó sobre las 15:30 horas.
El dispositivo de rescate, que incluyó también unidades de drones y perros de rescate, no habría sido posible sin la colaboración entre diversas instituciones. Junto al SEPA, participaron efectivos de rescate de Cantabria, el GREIM de la Guardia Civil y Agentes Medioambientales de Asturias, quienes no dejaron ningún rincón sin explorar en la zona más inaccesible de la montaña.