"Adiós, bolsillos delanteros": el teléfono móvil, el enemigo inesperado de la paternidad

"Adiós, bolsillos delanteros": el teléfono móvil, el enemigo inesperado de la paternidad

¿Tu celular podría estar saboteando tus sueños de paternidad? Según esta sorprendente afirmación, llevar el móvil en el bolsillo delantero del pantalón podría afectar tu testosterona y reducir la calidad de tus espermatozoides.

 

Los teléfonos móviles han revolucionado nuestras vidas, pero parece que también tienen el potencial de revolucionar algo mucho más íntimo: tu fertilidad. Según esta curiosa afirmación que está circulando por internet, llevar el celular en el bolsillo delantero del pantalón podría estar pasando factura a los espermatozoides y, de paso, a tus niveles de testosterona. ¿Pero es esto ciencia, mito o simplemente un buen tema de conversación para la cena de Navidad? Vamos a analizarlo con algo de humor (y un poquito de preocupación).

¿Qué pasa en el bolsillo delantero?

Primero, pongamos las cartas sobre la mesa (o los móviles, en este caso). El argumento detrás de esta afirmación es que la radiación electromagnética de los teléfonos, combinada con el calor que generan, podría estar afectando la producción de testosterona y reduciendo la motilidad de los espermatozoides. En otras palabras, cada vez que guardas tu móvil cerca de “la fábrica”, podrías estar calentando más de la cuenta a los operarios.

¿La solución? Según los alarmistas, abandona el bolsillo delantero y busca otros lugares más seguros para tu teléfono, como la mochila, el bolso o incluso el bolsillo trasero… aunque esto último no es ideal si eres propenso a olvidarte y sentarte sobre él.

El esperma, en modo “modo avión”

Aunque suene a chiste, algunos estudios han explorado esta relación. Investigaciones publicadas en revistas médicas han sugerido que la exposición prolongada a la radiación de los móviles podría tener efectos negativos en la calidad del esperma. Sin embargo, antes de que entres en pánico, la comunidad científica no se pone totalmente de acuerdo, y otros estudios aseguran que los efectos son mínimos o inexistentes. Lo que está claro es que, si tus pequeños nadadores están compitiendo en una Olimpiada, quizás deberías pensar en reducir el uso del bolsillo delantero.

Alternativas para “proteger a los soldados”

Si estás ahora mismo revisando dónde tienes el móvil mientras lees esto, no te preocupes, hay soluciones fáciles y prácticas para minimizar cualquier riesgo:

  1. Cambia el bolsillo delantero por el trasero: Aunque debes recordar quitártelo antes de sentarte (tu móvil y tu trasero te lo agradecerán).
  2. Llévalo en la chaqueta: Es un look algo “retro ejecutivo”, pero, oye, todo sea por la testosterona.
  3. Usa un bolso o una mochila: Bonus: ¡tendrás más espacio para llevar otras cosas!
  4. Reduce el tiempo de contacto: Si no hay elección y tienes que usar el bolsillo delantero, intenta sacarlo regularmente o no mantenerlo pegado al cuerpo durante largas horas.

¿Qué dicen los hombres?

En un giro inesperado, esta afirmación ha desatado debates acalorados en redes sociales. “¿Será por esto que no he ganado la lotería genética?”, bromeaba un usuario en Twitter. Otro, más práctico, decía: “Por si acaso, voy a meter el móvil en un tupperware. Más vale prevenir”.

Mientras tanto, los fabricantes de móviles probablemente estén preparando comunicados que incluyan advertencias como: “Este dispositivo no es apto para su uso cerca de zonas sensibles”.

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