El presidente Adrián Barbón destaca el impacto universal del legado sidrero asturiano en un acto celebrado en Villaviciosa, la cuna de la sidra.
En un emotivo acto celebrado en el Llagar Cortina de Villaviciosa, el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, anunció la concesión de la Medalla de Asturias a Luis Benito García, director de la Cátedra de la Sidra y principal promotor de la candidatura que logró que la cultura sidrera asturiana fuera declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Un reconocimiento a una década de esfuerzo
Barbón destacó que el éxito colectivo de esta declaración, lograda el pasado 4 de diciembre, es un “verdadero chute de autoestima” para Asturias. “Profesionales de diferentes perfiles trabajaron durante años bajo la coordinación de un comité comprometido, mostrando al mundo el valor y la singularidad de nuestra cultura sidrera. Hoy, este reconocimiento reafirma nuestro amor por la tierra y nuestra identidad cultural”, declaró el presidente.
El mandatario subrayó que el reconocimiento supone un revulsivo a todos los niveles para Asturias, desde el turismo hasta la economía, la hostelería y la proyección internacional de su cultura.
Un legado único y universal
El presidente destacó los valores que hacen de la sidra un símbolo identitario:
- Trabajo colectivo: Desde el cuidado de los pomares hasta la elaboración en los llagares, la sidra representa el esfuerzo compartido de generaciones de asturianos.
- Alegría compartida: La tradición de consumir sidra en grupo, incluso compartiendo el mismo vaso, refleja un carácter integrador y solidario.
- Respeto por la tradición: La cultura sidrera se transmite de generación en generación, desde las fiestas en espichas hasta las romerías populares.
- Seña de identidad: El escanciado de la sidra, único en el mundo, conecta emocionalmente a los asturianos con su tierra, convirtiéndose en un gesto universalmente reconocido.
- Inspiración artística: La sidra ha inspirado obras literarias, pictóricas, canciones populares y un lenguaje propio que enriquecen la cultura asturiana.
- Vocación universal: La comunidad asturiana en el extranjero ha sido clave en la difusión de esta tradición, llevando la sidra y su ritual a todos los rincones del mundo.
Deberes pendientes: un compromiso colectivo
Barbón instó a no detenerse en la celebración y a trabajar en los compromisos adquiridos con la UNESCO para preservar y proyectar los valores únicos de la cultura sidrera. Entre los retos, destacó:
- Perfeccionar los procesos de elaboración y distribución.
- Fortalecer las prácticas sociales y culturales vinculadas a la sidra, desde el escanciado hasta los cantares populares y las expresiones artísticas.
- Fomentar el conocimiento y respeto por la sidra en todos los sectores de la sociedad.
“Este reconocimiento nos obliga a proteger este legado y asegurar que deje de ser un secreto bien guardado para convertirse en un patrimonio vivo de la humanidad”, afirmó Barbón.
Luis Benito García, un héroe cultural
El protagonista del día, Luis Benito García, recibió elogios como artífice clave de la candidatura. Su labor como director de la Cátedra de la Sidra y su dedicación para mostrar al mundo la riqueza de esta tradición fueron decisivos. Barbón resaltó: “Luis Benito ha encarnado el espíritu de esta cultura, logrando que el mundo reconozca lo que siempre hemos sabido: que la sidra es el alma de Asturias”.
Asturias, de restallu
El acto cerró con un mensaje de celebración y orgullo colectivo: “Asturias ta de restallu”, concluyó Barbón, invitando a todos los asturianos a brindar por el éxito y a unirse en la tarea de consolidar su cultura sidrera como un faro cultural y turístico de alcance global.
Pie de foto: El presidente Adrián Barbón, con el presidente de la DOP Sidra de Asturias, Víctor Ramos; la vicepresidenta Gimena Llamedo; el consejero de Medio Rural, Marcelino Marcos, y la consejera de Cultura, Vanesa Gutiérrez, celebran la designación de la cultura sidrera con el escanciado de unos culinos de sidra.