Empresas, instituciones y figuras públicas compiten por este "galardón" que expone acciones dañinas para el medio ambiente en su 32ª edición.
La Coordinadora Ecoloxista d’Asturies ha anunciado los finalistas de la 32ª edición del anti-premio La Bullada Purpurina, un simbólico reconocimiento otorgado a quienes destacan por sus acciones más perjudiciales para el medio ambiente asturiano. Este galardón, que se entregará el próximo 28 de diciembre, busca evidenciar públicamente las consecuencias de políticas, proyectos y gestiones que han causado un alto impacto ambiental negativo en el último año.
Candidatos de 2024: Un listado polémico
En una edición marcada por la abundancia de candidatos, el jurado ha seleccionado cinco finalistas que, según la Coordinadora, han brillado por méritos propios en sus contribuciones a la degradación del entorno natural de Asturias:
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Hunosa: Por insistir en la quema de basuras en la térmica de La Pereda, desoyendo las preocupaciones de los vecinos sobre el impacto en su salud, y por continuar contaminando con emisiones y vertidos en explotaciones como el vertedero de Langreo.
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La Demarcación de Carreteras de Asturias (Ministerio de Fomento): Por devastar las márgenes vegetales de las autovías estatales, favoreciendo la propagación de plantas invasoras como los plumeros de la pampa, que afectan aún más áreas degradadas.
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Marcelino Marcos Líndez (Consejero de Medio Rural y Política Agraria de Asturias): Por sus gestiones para sacar al lobo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE) y por mantener prácticas como la pesca de la angula, acelerando la desaparición de esta especie.
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Arcelor-Mittal: Por abandonar el proyecto de la planta de reducción directa de mineral de hierro, comprometiendo los planes de descarbonización en su factoría asturiana y sometiendo a la sociedad a un chantaje que perpetúa la contaminación del aire, el agua y la tierra.
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Nieves Roqueñí (Consejera de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico de Asturias): Por la desastrosa gestión de residuos en Asturias, por afirmar que los vecinos de Gijón respiran aire limpio y por su papel en la aprobación de la quema de basura en térmicas y cementeras.
Un premio con propósito
El objetivo de La Bullada Purpurina no es premiar, sino señalar de manera crítica y simbólica las actuaciones más perjudiciales para el medio ambiente. La Coordinadora busca fomentar la reflexión y el debate sobre las consecuencias de estas decisiones y acciones, especialmente en un contexto donde el cambio climático y la conservación de los ecosistemas son temas vitales.
Un poco de historia
El año pasado, el anti-premio fue otorgado a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, por lo que la Coordinadora calificó como decisiones que socavaron la protección ambiental y los derechos humanos en la Unión Europea. Este año, la competencia es igualmente reñida, con finalistas cuyas acciones, según la Coordinadora, han tenido un impacto significativo en la salud ambiental y social de Asturias.
La entrega simbólica del premio
El fallo del jurado se dará a conocer la próxima semana, y el anti-premio se entregará simbólicamente el 28 de diciembre, un día cargado de ironía por coincidir con el Día de los Santos Inocentes. Con esta ceremonia, la Coordinadora espera generar conciencia sobre la importancia de exigir una gestión ambiental responsable y transparente.
Mientras tanto, el listado de finalistas promete encender el debate público sobre la sostenibilidad y el compromiso con el medio ambiente en Asturias. ¿Quién se llevará este controvertido galardón en 2024? La respuesta llegará pronto, y el impacto de esta denuncia simbólica, sin duda, resonará más allá del Principado.