El 4 de diciembre de 2024, la UNESCO declaró la Cultura Sidrera Asturiana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, destacando su relevancia en la identidad y tradiciones del Principado de Asturias.
Este reconocimiento abarca todo el proceso sidrero, desde el cultivo de manzanos en las "pumaradas" hasta el arte de escanciar la sidra en los tradicionales "culines". La UNESCO subraya la importancia de proteger y promover esta cultura en todas sus facetas, incluyendo la elaboración, distribución y consumo de la sidra, así como las prácticas culturales y conocimientos transmitidos de generación en generación.
La declaración implica una responsabilidad para las autoridades y la sociedad asturiana: cada seis años, la UNESCO evaluará el estado de conservación y promoción de la Cultura Sidrera Asturiana. Este proceso de revisión asegurará que se mantengan vivas las tradiciones asociadas a la sidra y que se difundan tanto entre las nuevas generaciones como a nivel internacional.
El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, celebró el reconocimiento desde el Museo de la Sidra en Nava, destacando que este logro "hace justicia con la memoria" de los asturianos y representa "un golpe de autoestima" para la región.
La sidra asturiana no es solo una bebida; es un símbolo de inclusividad y tradición comunitaria. Su consumo en sidrerías y durante las tradicionales "espichas" refleja la dimensión social que caracteriza a la cultura sidrera.
Este reconocimiento también se espera que impulse el turismo en Asturias, atrayendo a visitantes interesados en explorar sus tradiciones y degustar la sidra en su entorno original. Además, plantea la posibilidad de elevar la profesión de escanciador a la categoría de sumiller, valorando su papel en la cultura sidrera.
La UNESCO evaluará periódicamente el cumplimiento de las obligaciones asociadas a esta declaración, asegurando la protección y promoción continuas de la Cultura Sidrera Asturiana. Hasta la fecha, ninguna manifestación cultural protegida por la UNESCO ha perdido esta distinción, lo que refuerza la importancia de mantener vivas estas tradiciones.
En resumen, la declaración de la Cultura Sidrera Asturiana como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad es un reconocimiento a siglos de tradición y un compromiso para las futuras generaciones de mantener y promover esta esencia cultural que define a Asturias.