El consumo de tabaco en España ha alcanzado su nivel más bajo en tres décadas, según revela la Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España (EDADES 2024), presentada hoy por el Ministerio de Sanidad. Este descenso, que también afecta a sustancias como los hipnosedantes y al abuso de alcohol, marca un paso significativo en la lucha contra las adicciones.

Datos clave del informe

1. Tabaco y hipnosedantes en retroceso:

   • El consumo ocasional de tabaco ha bajado 2,2 puntos porcentuales desde 2022.
   • El uso de hipnosedantes disminuyó un 1,1%.

2. Alcohol, la sustancia más prevalente:

   • El 76,5% de la población de 15 a 64 años consume alcohol.
   • Las borracheras siguen descendiendo, con un 14,7% de la población admitiendo haberse emborrachado en el último año, frente al 16,7% de 2022.

3. Cannabis en cifras mixtas:

   • El consumo diario se reduce, pero el ocasional muestra un leve incremento.

El impacto de las edades tempranas

El informe revela que el consumo de alcohol y tabaco comienza a edades muy tempranas: 16,4 y 16,6 años, respectivamente. El cannabis, por su parte, se introduce en promedio a los 18,4 años. En contraste, los hipnosedantes y analgésicos opioides son más comunes en personas mayores de 35 años, especialmente entre mujeres.

Diferencias entre sexos y percepción del riesgo

• Hombres: Mayor consumo de alcohol y tabaco.
• Mujeres: Uso más elevado de hipnosedantes y analgésicos opioides.

Además, las mujeres perciben un mayor riesgo asociado a las sustancias adictivas, especialmente las drogas ilegales, tabaco y productos farmacológicos. El cannabis sigue siendo la droga ilegal más accesible, con un 59% de los encuestados afirmando que podrían conseguirla fácilmente en 24 horas.

Un esfuerzo conjunto contra las adicciones

Con la participación de 26.878 personas, la Encuesta EDADES 2024 no solo ofrece una radiografía precisa del consumo de sustancias en España, sino que también es una herramienta clave para diseñar políticas de prevención. Los expertos destacan que estos avances reflejan la efectividad de campañas educativas, mayores restricciones publicitarias y controles en la venta de sustancias.

José Luis Álvarez, portavoz del Ministerio de Sanidad, subrayó: “Estos datos muestran que vamos en la dirección correcta, pero todavía queda mucho por hacer, especialmente para retrasar la edad de inicio y reforzar la percepción del riesgo en los jóvenes.”

Un modelo para otros países

España se posiciona como ejemplo en la reducción del consumo de tabaco, combinando estrategias preventivas y legislativas con educación pública. Los próximos retos incluyen reforzar el control sobre el acceso al cannabis y trabajar en medidas para reducir el abuso de hipnosedantes.

Este informe, junto con el compromiso institucional, marca un antes y un después en la salud pública del país, apuntando hacia una sociedad más consciente y menos dependiente de sustancias adictivas.