Ana María Lajusticia, química española y pionera en la promoción del magnesio como complemento alimenticio, nos dejó el pasado 7 de noviembre a los 100 años, dejando tras de sí un legado que podría ser la clave para una vida longeva y plena. Conocida por revolucionar el campo de la nutrición, su filosofía se basaba en un principio sencillo pero poderoso: "Una dieta equilibrada es la base de la salud y la longevidad".

De la enfermedad a la inspiración

A los 43 años, Lajusticia fue diagnosticada con diabetes tipo 2 y artrosis severa, lo que marcó un antes y un después en su vida. Determinada a encontrar una solución, analizó su dieta y descubrió una alarmante deficiencia de proteínas y magnesio. Este hallazgo no solo transformó su salud, sino que la inspiró a investigar y divulgar los beneficios de una alimentación adecuada.

El alimento que comía tres veces al día

Una de las claves que ella misma predicaba y practicaba era el consumo regular de proteínas. Según Lajusticia, los aminoácidos que aportan las proteínas tienen una vida útil de cinco horas en el organismo, lo que hace esencial incluirlos en cada comida. Su dieta típica incluía:

• Desayuno: Jamón y huevo, acompañados de frutas ricas en vitamina C.
• Almuerzo: Legumbres y carne magra.
• Merienda: Un yogur desnatado.
• Cena: Pescado fresco en diferentes preparaciones.

Además, era una firme defensora de equilibrar la ingesta de vitaminas (A, B, C y D), calcio, fibra y, por supuesto, magnesio, un mineral que consideraba esencial para combatir la fatiga, mejorar la salud ósea y muscular, y prevenir el envejecimiento prematuro.

Una vida dedicada a la salud y el conocimiento

En 1980, fundó su propia marca de complementos alimenticios, con el objetivo de acercar nutrientes esenciales al público. Sus libros, como "El magnesio, clave para la salud", publicado en 1979, se convirtieron en bestsellers, llevando su mensaje a miles de personas.

Lajusticia también abogaba por un enfoque práctico y accesible de la nutrición. "La vida es dura, así que debemos ayudarnos a nosotros mismos y disfrutar de lo que nos hace bien", afirmaba en sus entrevistas. Esta mentalidad la convirtió en un referente tanto para expertos como para personas interesadas en mejorar su salud.

La lección de una vida centenaria

El legado de Ana María Lajusticia va más allá de sus aportes científicos: nos enseñó que la alimentación puede ser la clave para una vida larga y saludable. Sus enseñanzas, accesibles y basadas en la ciencia, nos invitan a cuidar nuestro cuerpo como el recurso más valioso que tenemos.

Quizás su receta para vivir 100 años no sea solo una cuestión de magnesio y proteínas, sino también de actitud, dedicación y amor por la vida.