La comunidad de Salas, en Asturias, está sumida en la consternación tras el trágico fallecimiento de J.M.M.D., un ganadero de 71 años, quien perdió la vida al ser embestido por uno de sus propios toros en la parroquia de Linares.
El incidente ocurrió en la tarde del lunes, cuando el ganadero intentaba separar al toro de varias vacas en celo en su finca, situada junto a su vivienda. Según fuentes locales, el animal, posiblemente alterado por la situación, arremetió contra su propietario, causándole heridas mortales.
Fue su esposa quien, al percatarse de lo sucedido, alertó a los servicios de emergencias alrededor de las 19:00 horas. A pesar de la rápida movilización de una ambulancia y de la Guardia Civil, los sanitarios no pudieron hacer nada por salvar la vida del ganadero.
Linares, una pequeña parroquia de Salas con apenas una decena de habitantes, se encuentra a unos nueve kilómetros del núcleo urbano. La noticia del suceso se propagó rápidamente entre los residentes de las localidades cercanas, generando una profunda conmoción. Vecinos y compañeros ganaderos describen al fallecido como "un referente, un luchador y una gran persona".
La Guardia Civil ha establecido un perímetro de seguridad en la zona y está llevando a cabo una investigación para esclarecer las circunstancias exactas del ataque. Este trágico incidente pone de manifiesto los riesgos inherentes al trabajo ganadero, especialmente al manejar animales de gran tamaño y fuerza.
Este no es un caso aislado en España. En septiembre de 2021, Guillermo Centelles, un ganadero de 68 años, falleció en su finca de Catí (Castellón) tras ser corneado por uno de sus toros bravos, sufriendo una herida en la pierna que afectó vasos sanguíneos vitales Asimismo, en diciembre de 2016, un ganadero de 54 años murió en su finca de Gama, en Bárcena de Cicero (Cantabria), debido a las embestidas de un toro.