La organización califica de "vergonzosa" la decisión de los países del norte global, que dejan a las poblaciones vulnerables sin los recursos necesarios para afrontar los desastres climáticos en curso
La COP29, celebrada en Bakú (Azerbaiyán), ha concluido con un objetivo de financiación climática de 300.000 millones de dólares hasta 2035, una cifra que Greenpeace considera “dramáticamente insuficiente” frente a los 1 billón de dólares anuales que la sociedad civil y los países del sur global demandan. La organización lamenta que la falta de ambición de los países más ricos y la influencia de las industrias de combustibles fósiles hayan bloqueado avances significativos en la lucha contra el cambio climático.
Una financiación lejos de la justicia climática
Según Pedro Zorrilla Miras, representante de Greenpeace España en la cumbre, el acuerdo actual no solo es insuficiente, sino que podría agravar las desigualdades. "La inclusión de créditos y financiación privada aumenta la deuda de los países del sur global, en lugar de ofrecer subvenciones que realmente alivien su situación. Los responsables de la crisis climática, las grandes empresas de combustibles fósiles, se han librado de su responsabilidad, saliendo de la cumbre con los bolsillos llenos de subvenciones públicas", denunció.
El impacto de los mercados de carbono
Una de las decisiones más criticadas ha sido el acuerdo sobre los mercados de carbono, que, según An Lambrechts, experta en Biodiversidad de Greenpeace Internacional, no ofrecen soluciones reales. “Estos mecanismos permiten a las empresas comprar derechos para seguir contaminando, convirtiéndose en una herramienta de estafa climática. En lugar de hacer pagar a los contaminadores para reparar el daño causado, se les concede carta blanca para seguir emitiendo”, subrayó.
La lucha por el futuro continúa
Eva Saldaña, directora ejecutiva de Greenpeace España, expresó su frustración ante la falta de acción contundente. "La gente está harta y desilusionada. Los desastres recientes, como la DANA en España, evidencian que ya estamos sufriendo las consecuencias de esta crisis. Sin embargo, no nos rendiremos. Persistiremos en la lucha por nuestro presente y futuro, mirando hacia la COP30 en Belem como una nueva oportunidad para exigir justicia climática".
Un escenario alarmante pero con destellos de esperanza
Aunque la COP29 ha dejado un sabor amargo, Greenpeace destaca como positivo que se mantenga la exigencia de abandonar progresivamente los combustibles fósiles. Sin embargo, la organización insiste en que los avances son lentos y que las acciones deben acelerarse para enfrentar un contexto global cada vez más crítico, con ciclones, incendios y sequías sin precedentes.
Mirando hacia Belem: un nuevo liderazgo climático
La próxima COP30, que se celebrará en Belem (Brasil), representa una oportunidad clave para conectar las luchas por el clima y la biodiversidad, y Greenpeace confía en que Brasil asuma un liderazgo climático real. “Esperamos que esta sea una cumbre de verdadera transformación, donde se establezcan medidas ambiciosas y se haga justicia climática”, concluyó Lambrechts.
El mundo clama por acción
Mientras los gobiernos discuten, la crisis climática no da tregua. Las organizaciones y movimientos sociales, junto a la ciudadanía, se mantienen firmes en su exigencia de ambición y responsabilidad. La COP29 puede haber fallado, pero la lucha continúa con más fuerza que nunca.