España está en el centro de la atención climática global debido a los cada vez más frecuentes eventos meteorológicos extremos que sacuden su territorio. Desde inundaciones devastadoras hasta olas de calor sofocantes, expertos de diversos centros de investigación analizan las causas, los impactos y los desafíos que plantean estos fenómenos en un país especialmente vulnerable por su geografía y su clima.
Las lecciones de la última DANA
El pasado 29 de octubre, una DANA (depresión aislada en niveles altos) dejó un saldo de 222 víctimas mortales y daños incalculables, especialmente en la región mediterránea. Según el geólogo Bruno J. Ballesteros, del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), la rambla del Poyo transportó unos 65 hectómetros cúbicos de agua en solo 14 horas, lo equivalente al embalse de Loriguilla. Aunque tormentas similares han ocurrido históricamente, el calentamiento del Mediterráneo está aumentando su intensidad y sus efectos destructivos.
El impacto del calentamiento global
Los expertos coinciden en que el aumento de la temperatura global está influyendo directamente en la intensidad de los fenómenos extremos. Alberto Sanz Cobeña, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid, señala que el Mediterráneo podría calentarse 2,2 ºC más para 2040, lo que incrementará la energía disponible para generar tormentas más intensas.
Sequías más severas y olas de calor implacables
Aunque las precipitaciones no han disminuido significativamente, las sequías en España son ahora más severas debido al aumento de las temperaturas, que acentúan el estrés ambiental y agravan su impacto en la agricultura y los ecosistemas. Por otro lado, las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas, un fenómeno que, según Sergio Vicente, del Instituto Pirenaico de Ecología, está documentado y continuará creciendo.
El gran olvidado: los vientos extremos
El viento, particularmente en forma de tornados y reventones, es otro fenómeno que acompaña a eventos como las DANAs. Según César Azorín, del Centro de Investigación sobre Desertificación, la reciente DANA generó siete tornados que alcanzaron velocidades de hasta 200 km/h. Aunque no causaron víctimas, estos fenómenos son difíciles de predecir y representan una amenaza significativa.
El camino a seguir
Los expertos coinciden en que la adaptación y la mitigación son las únicas respuestas posibles. Por un lado, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es crucial para frenar el calentamiento global. Por otro, se deben diseñar ciudades más resilientes, incorporar más zonas verdes y mejorar los sistemas de alerta temprana para mitigar los daños de los fenómenos extremos.
¿Estamos preparados?
Con temperaturas en constante ascenso y fenómenos climáticos que desafían nuestras infraestructuras, España enfrenta un reto sin precedentes. El cambio climático no solo es una realidad, sino un llamado urgente a la acción para proteger vidas y garantizar un futuro sostenible.