Investigadores de la Universidad de Oviedo descubren un mecanismo que podría revolucionar la producción de nuevos antibióticos

Investigadores de la Universidad de Oviedo descubren un mecanismo que podría revolucionar la producción de nuevos antibióticos

Un equipo de investigación de la Universidad de Oviedo ha dado un paso crucial en la búsqueda de nuevos antibióticos, al descubrir un mecanismo que regula la producción de compuestos bioactivos en la bacteria Streptomyces, conocida como "la bacteria de los antibióticos". Esta bacteria es la fuente de la mayoría de los antibióticos y otros compuestos médicos de uso clínico, como antitumorales e inmunosupresores.

El hallazgo, liderado por el grupo de investigación del Dr. Ángel Manteca y la Dra. Gemma Fernández, permite controlar los niveles intracelulares de fósforo en la bacteria, lo cual es esencial para activar o inhibir la producción de estos compuestos. Este avance abre una vía prometedora para descubrir nuevas medicinas en un contexto donde la resistencia a los antibióticos es una "pandemia silenciosa" que amenaza la salud global.

Una vía hacia la activación de 'rutas silenciosas'

El Dr. Manteca, profesor de la Universidad de Oviedo, explicó que muchas de las rutas biosintéticas de Streptomyces, conocidas como "rutas silenciosas", permanecen inactivas en condiciones de laboratorio, lo que dificulta el acceso a potenciales antibióticos. “Si logramos aplicar esta regulación de fósforo a diferentes cepas de Streptomyces, podríamos acceder a compuestos bioactivos que han permanecido invisibles para la ciencia”, señaló Manteca. La activación de estas rutas podría permitir el desarrollo de nuevos medicamentos, especialmente necesarios ante el aumento de la resistencia a los antibióticos actuales.

Impacto del estudio y reconocimiento internacional

El estudio, publicado en Communications Biology, revista de alto impacto del grupo Springer Nature, ya ha despertado interés en la comunidad científica. La Dra. Gemma Fernández destacó que el mecanismo descubierto representa un avance para enfrentar la crisis de resistencia antimicrobiana, una de las mayores amenazas para la biomedicina actual.

Los investigadores subrayan que, aunque aún se necesita más experimentación para implementar esta tecnología en la búsqueda de nuevos fármacos, el descubrimiento supone una nueva estrategia biotecnológica con el potencial de cambiar la forma en que se desarrollan antibióticos y otros tratamientos bioactivos en el futuro.

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