Un estudio reciente publicado en Nature Computational Science advierte que la expansión de la inteligencia artificial generativa, como la utilizada por ChatGPT, podría desencadenar un aumento dramático en los residuos electrónicos, hasta alcanzar casi 5 millones de toneladas en esta década. Este impacto medioambiental, impulsado por la continua demanda de hardware especializado, plantea una urgente necesidad de adoptar estrategias sostenibles.
IA generativa: un impulso a la obsolescencia tecnológica
La inteligencia artificial generativa, que permite la creación automatizada de textos, imágenes y otros contenidos digitales, depende de infraestructuras de hardware en constante evolución. Según el estudio liderado por Peng Wang, de la Academia China de Ciencias, el desarrollo acelerado de esta tecnología conlleva la sustitución frecuente de componentes como unidades de procesamiento y almacenamiento, aumentando así el volumen de desechos electrónicos.
Este proceso de rápida obsolescencia tecnológica está generando una ola de residuos electrónicos que incluye placas de circuitos impresos y baterías. Estas contienen materiales peligrosos como plomo y cromo, cuya gestión es compleja y dañina para el medio ambiente si no se realiza de manera adecuada.
Modelización de escenarios: ¿cuánto residuo podría generar la IA?
El equipo de investigadores analizó cuatro escenarios distintos para proyectar la cantidad de desechos electrónicos generados por la IA entre 2020 y 2030. Estos escenarios van desde uno conservador, con aplicaciones específicas de IA, hasta uno agresivo, donde la tecnología se implementa de manera generalizada. En el escenario más grave, los residuos anuales de la IA generativa podrían alcanzar los 2,5 millones de toneladas para 2030.
Para todo el período analizado, el estudio calcula que la IA generativa podría generar en total hasta 5 millones de toneladas de desechos electrónicos, lo que equivale a multiplicar casi por mil la cantidad actual de residuos tecnológicos.
Economía circular: una alternativa para reducir hasta el 86 % de los residuos
Ante estas proyecciones, los autores del estudio proponen adoptar una estrategia de economía circular que extienda la vida útil de los componentes y promueva la reutilización de módulos y materiales clave en el proceso de fabricación. Con esta estrategia, los residuos electrónicos derivados de la IA podrían reducirse hasta en un 86 %, disminuyendo significativamente el impacto ambiental.
En un contexto de rápido avance tecnológico, los investigadores instan a implementar políticas de economía circular y a desarrollar infraestructuras de reciclaje avanzadas para reducir la presión sobre el medio ambiente. "Si no actuamos ahora, la IA, en lugar de ser una herramienta para el progreso, podría convertirse en una fuente masiva de contaminación tecnológica", advierten los autores.
Hacia un desarrollo responsable de la IA
Este estudio subraya la importancia de equilibrar el avance de la inteligencia artificial con prácticas sostenibles. A medida que la IA generativa se convierte en una parte integral de la investigación y la vida cotidiana, los investigadores destacan la responsabilidad de las empresas tecnológicas y gobiernos de trabajar hacia una transición ecológica que reduzca los impactos negativos de esta tecnología emergente.