Un equipo de investigación internacional, liderado por el Nobel de Medicina Andrew Fire y con la colaboración del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP) en Valencia, ha revelado un hallazgo sin precedentes en el microbioma humano: una nueva entidad biológica llamada “Obelisco,” cuya simplicidad y estructura abren una puerta a lo desconocido en la biología y la salud humana. El descubrimiento, publicado hoy en la prestigiosa revista Cell, plantea cuestiones revolucionarias sobre la evolución de los microorganismos y podría tener implicaciones en campos tan diversos como la virología y la biología celular.
Un organismo único en el microbioma humano
Los “Obeliscos” son agentes biológicos que presentan una estructura de ARN circular de solo 1.000 nucleótidos, notablemente más simple que la de los virus. Estos diminutos organismos han sido identificados en muestras de heces humanas y también en diversas bacterias comunes del cuerpo humano, como el Streptococcus sanguinis de la boca. Su estructura de ARN, estable y alargada, recuerda a los monumentos egipcios, de ahí su nombre. A diferencia de los virus, los Obeliscos carecen de una cubierta proteica, pero sorprendentemente son capaces de codificar proteínas, algo que los investigadores nunca habían observado en organismos de esta clase.
“El descubrimiento de los Obeliscos cambia nuestra visión sobre los agentes infecciosos y su clasificación,” comenta Marcos de la Peña, investigador del CSIC en el IBMCP. Comparando su estructura con la de los viroides, agentes subvirales que afectan a plantas, De la Peña destaca que los Obeliscos ocupan un lugar intermedio entre estos y los virus, desafiando así las categorías biológicas conocidas.
¿Una nueva frontera en biología y salud?
Aunque el papel de los Obeliscos en la salud humana sigue siendo un misterio, su elevada presencia en bacterias del microbioma humano sugiere un posible impacto en procesos celulares críticos. Los investigadores especulan que estos organismos podrían influir en funciones fundamentales del microbioma, el vasto ecosistema bacteriano que regula desde la digestión hasta el sistema inmunológico, con posibles repercusiones en enfermedades y en la respuesta inmune del cuerpo.
“El microbioma humano alberga una diversidad increíble, pero los Obeliscos nos llevan a replantearnos los límites de esa diversidad y el papel de los agentes biológicos más simples,” añade De la Peña. Con el descubrimiento de cerca de 30,000 especies de Obeliscos en muestras de suelo, ríos, océanos y hasta en microbiomas animales, el equipo de investigación vislumbra que esta nueva entidad podría ser una pieza clave en la evolución microbiológica.
Un descubrimiento con alcance global
Este nuevo hallazgo, llevado a cabo a través de avanzados estudios bioinformáticos, ha encontrado Obeliscos en el 7% de los 440 sujetos analizados. Los resultados han sido impactantes, mostrando que hasta la mitad de la población humana podría albergar estos organismos en su microbioma bucal. El alcance global de esta entidad biológica, encontrada también en ecosistemas naturales como océanos y suelos, señala que los Obeliscos podrían jugar un papel en la regulación de los microbiomas y en la evolución de la vida en la Tierra.
El futuro de los Obeliscos y la ciencia
Con el misterio aún sin resolver sobre el papel que juegan los Obeliscos en la salud y en la regulación de las bacterias en el cuerpo, los investigadores advierten que este hallazgo es solo el comienzo de un vasto campo de exploración. “Hemos encontrado algo que desafía nuestras teorías sobre los agentes infecciosos y que podría revolucionar nuestra comprensión de la biología y el origen de la vida,” señala De la Peña. Este descubrimiento deja entrever un futuro en el que el estudio de los Obeliscos podría aportar respuestas sobre el desarrollo y la adaptación de los organismos más simples en el planeta.
El hallazgo de los Obeliscos redefine el campo de la microbiología y abre una nueva etapa para la investigación, presentando un enigma que promete revolucionar tanto la biología humana como nuestro entendimiento del mundo microbiano.