La primera jornada de huelga de autobuses en Asturias, enmarcada dentro de una convocatoria nacional para exigir la prejubilación de conductores de transporte de viajeros, ha dejado un balance de calma tensa en varias localidades, mientras que en otras se vivieron escenas de caos. El paro, convocado por los sindicatos UGT y CCOO, busca que se permita a los conductores retirarse antes de los 67 años, alegando riesgos tanto para su salud como para la seguridad de los pasajeros.
Gijón: paradas abarrotadas y pasajeros que no pudieron subir al autobús En Gijón, los servicios mínimos del 25% establecidos para el transporte urbano no fueron suficientes para evitar que los autobuses se llenaran rápidamente en hora punta. Desde las primeras horas, las paradas de EMTUSA estaban abarrotadas, con largas esperas y pasajeros que no pudieron subir a los autobuses por la saturación en líneas críticas. Las escenas de aglomeraciones se repitieron en diversas zonas de la ciudad, donde se presenció frustración, aunque también comprensión por parte de los usuarios, muchos de los cuales aseguraron entender la causa de la huelga, reconociendo la dureza de las condiciones laborales del sector.
Oviedo: calma y previsión de los usuarios ante la huelga En Oviedo, la situación fue más tranquila, en parte debido a la previsión de los usuarios. Las autoridades y la empresa TUA informaron previamente sobre los servicios mínimos, lo que permitió a muchos asturianos organizarse con alternativas de transporte. En general, no se registraron grandes aglomeraciones, y las escenas de relativa calma marcaron el tono de la jornada. Sin embargo, algunos pasajeros experimentaron retrasos o tuvieron que modificar sus rutas habituales, aunque sin mayores incidentes.
Avilés: un seguimiento casi total del paro En Avilés, el impacto de la huelga fue particularmente notable, con un seguimiento casi total de los trabajadores del transporte público, según afirmaron fuentes sindicales. Aquí, los sindicatos destacaron la importancia de que la patronal apoye las peticiones de prejubilación, similar a lo logrado en el sector de transporte de mercancías, y cuestionaron la falta de acuerdo con las autoridades. Iván López, portavoz de UGT, destacó que los servicios mínimos se cumplieron estrictamente en todas las líneas, aunque la limitación de frecuencias afectó especialmente a las rutas más demandadas, con esperas prolongadas en las paradas.
Un conflicto sin solución inmediata a la vista La huelga de hoy es solo el inicio de una serie de paros programados para los próximos meses. Si las negociaciones no avanzan, el conflicto podría extenderse con convocatorias adicionales los días 11, 28 y 29 de noviembre, y nuevamente el 5 y 9 de diciembre, con la posibilidad de que se vuelva indefinida a partir del 23 de diciembre, justo antes de las fiestas navideñas.
Los sindicatos han advertido que el envejecimiento de la plantilla y la falta de relevo generacional agravan los riesgos para conductores y pasajeros, y han instado a la Administración a considerar la implementación de coeficientes reductores de la edad de jubilación para los conductores del sector, similar a lo ya aprobado para otros colectivos.