La entrega de los Premios Princesa de Asturias 2024 en Oviedo, celebrada en el Teatro Campoamor, se transformó en un evento cargado de simbolismo y emoción, donde el protagonismo de la joven Princesa Leonor y la emotiva interpretación de Joan Manuel Serrat fueron el corazón de una ceremonia que marcó la historia de esta tradición española. Con un auditorio repleto y una audiencia expectante, la gala se desenvolvió en un ambiente de profunda solemnidad y celebración de los valores humanos. Este año, los premios destacaron no solo por la calidad de los galardonados, sino también por los mensajes impactantes de los discursos, que abordaron desde la importancia de la libertad y la paz hasta la capacidad de la poesía para resistir en tiempos de crisis.
Leonor, que por primera vez se encargó de glosar a los premiados y cerrar la ceremonia, sorprendió con un mensaje dirigido a su generación, evocando palabras de inspiración para los jóvenes que, como ella, se enfrentan a un futuro incierto. “Puedo porque pienso que puedo,” citó al recordar a Carolina Marín, premiada en la categoría de Deportes, demostrando así la conexión de su generación con los valores de perseverancia y fe en uno mismo.
El Rey Felipe VI: Defensa del humanismo y un fuerte mensaje de unidad global
El Rey Felipe VI, quien cedió oficialmente a su hija la responsabilidad de cerrar el acto, compartió un mensaje cargado de reflexión sobre los peligros de la polarización y la deshumanización en el mundo. Aludiendo a la guerra en Ucrania, Oriente Próximo y los desafíos en África, Felipe VI se refirió a las "violaciones sistemáticas de derechos humanos", una denuncia contundente que vinculó a la defensa de la paz como valor esencial. Las palabras del Rey resonaron en el Campoamor como un llamado urgente a la acción y al respeto de la dignidad humana en un contexto global.
Joan Manuel Serrat y la magia de "Aquellas pequeñas cosas"
La actuación de Joan Manuel Serrat, quien volvió a los escenarios tras su retiro para interpretar “Aquellas pequeñas cosas,” fue uno de los momentos más emotivos de la gala. Con la audiencia de pie, Serrat entregó una interpretación sentida y nostálgica, recordando a todos que, aunque alejado de los escenarios, su voz y su mensaje siguen siendo tan relevantes como siempre. El teatro se llenó de aplausos, en una muestra de respeto y cariño hacia el artista que ha marcado generaciones y que regresó para celebrar el arte y la vida.
La poética de Ana Blandiana y la voz de Ignatieff: Claves para el futuro de las humanidades
Uno de los discursos más emotivos de la noche fue el de Ana Blandiana, galardonada en la categoría de Letras. La poeta rumana compartió una perspectiva única sobre el papel de la poesía en tiempos de crisis, evocando sus recuerdos de la época en que la poesía servía de resistencia en las cárceles del comunismo. Blandiana recordó cómo, sin lápiz ni papel, los prisioneros componían y transmitían versos a través de Morse, resaltando que “el sufrimiento no prohíbe la poesía, sino que la realza.” Conmovió al auditorio al señalar que, en una época de creciente tecnología, la poesía se convierte en un “espacio de refugio” y esperanza.
Michael Ignatieff, premiado en Ciencias Sociales, ofreció una perspectiva complementaria sobre el humanismo y la libertad individual, abordando la necesidad de "combatir la manipulación y las mentiras" en un mundo donde la información y la percepción se moldean fácilmente. En su discurso, Ignatieff recordó la famosa metáfora de los “zorros y erizos”, en la que invitó a la audiencia a vivir como “hombres y mujeres libres.” Sus palabras se escucharon en un profundo silencio, y su llamado a la "libertad genuina" fue recibido con respeto y aplausos emocionados.
Marjane Satrapi: Un retrato honesto de la condición humana
La ilustradora y cineasta Marjane Satrapi, conocida por sus obras que reflejan la cultura y la política de Irán, fue premiada en la categoría de Comunicación y Humanidades. En su discurso, Satrapi fue audaz y sincera, abordando los contrastes y complejidades de la humanidad. Destacó que la empatía es lo que realmente nos hace humanos, ya que permite que reconozcamos tanto la “violencia como la benevolencia” dentro de nosotros. Satrapi se dirigió al público con una mirada crítica, hablando sobre la necesidad de enseñar ética, civismo y compasión a las nuevas generaciones antes de enfocarse en memorizar o recitar, un mensaje que resonó con gran fuerza en un evento de esta magnitud.
La Ceremonia: Un viaje emocional y cultural a través de las artes
La gala de este año también fue notable por la diversidad cultural representada en cada rincón del Teatro Campoamor. Los representantes de Magnum Photos, la agencia premiada en la categoría de Comunicación, capturaron momentos memorables al documentar la ceremonia con sus cámaras, una imagen icónica dentro de una velada que destacó la importancia del registro visual en la historia y la cultura contemporáneas. Las emociones fueron palpables en toda la sala, especialmente durante la entrada de los galardonados, como Carolina Marín y Joan Manuel Serrat, quienes recibieron ovaciones y muestras de cariño del público en un ambiente que desbordaba autenticidad y cercanía.
Cierre musical con "Asturias, Patria Querida": El broche de oro de la banda de gaitas
Como ya es tradición, la ceremonia concluyó con la interpretación del himno "Asturias, Patria Querida" por la Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo, un momento en el que el espíritu asturiano y la emotividad de la gala alcanzaron su punto culminante. Este cierre simbólico sirvió como homenaje a Asturias y su riqueza cultural, vinculando de forma especial el evento con su tierra de origen y recordando la importancia de las raíces y la identidad.
Un evento que funde historia, cultura y compromiso social
Los Premios Princesa de Asturias 2024 no solo celebraron los logros individuales de figuras influyentes de todo el mundo, sino que también ofrecieron un espacio para reflexionar sobre el papel de las artes, las ciencias y el compromiso social en tiempos de crisis y transformación. La ceremonia, marcada por los mensajes de esperanza de la Princesa Leonor y el compromiso humanista de su padre, el Rey Felipe VI, invitó a los presentes a considerar el impacto de sus acciones y la importancia de valores como la empatía, la libertad y el respeto por la dignidad humana. Esta edición será recordada como un momento clave de transición y reafirmación de los valores que sostienen a las sociedades abiertas y democráticas.
Este año, los Premios Princesa de Asturias no solo reconocieron el talento y la dedicación de los premiados, sino que también dejaron un legado de esperanza y reflexión que perdurará en el tiempo, consolidando el Campoamor de Oviedo como un espacio donde convergen las culturas y los ideales más nobles del espíritu humano.