El Salón de la Junta General de Asturias se ha convertido en la jornada de ayer en el epicentro de una conversación profunda sobre educación, cooperación internacional e inclusión social, con motivo del encuentro institucional con los representantes de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2024.

El evento contó con la presencia del presidente de la Junta General, Juan Cofiño, acompañado por miembros de la Mesa de la Cámara y parlamentarios asturianos. Representando a la OEI, asistieron Mariano Jabonero, secretario general de la organización, Alexander Chaverri Carvajal (Costa Rica), el primer doctor graduado del programa de movilidad académica Paulo Freire, María Isabel Pires Gomes Guerra (Portugal), responsable del proyecto de Escuelas Bilingües e Interculturales de Frontera, y Martín Lorenzo Demilio (Argentina), delegado de la OEI en Colombia.

Educación y democracia: una simbiosis necesaria

En su discurso, Juan Cofiño subrayó la importancia de la relación entre educación y Parlamento, afirmando que es fundamental para el funcionamiento saludable de la democracia. Cofiño reconoció los avances significativos en el acceso a la educación en la región iberoamericana, aunque aún queda camino por recorrer para alcanzar la universalización de la educación básica. "El acceso y la cobertura son esenciales, pero la OEI va más allá, buscando calidad, inclusión y equidad en la educación", destacó.

La cooperación, clave para superar desafíos globales

El presidente de la Junta General elogió el enfoque colaborativo de la OEI, señalando que la organización ha entendido a la perfección la importancia de una cooperación internacional integradora. "La magnitud de los desafíos educativos y sociales supera la capacidad de los Estados individuales. La OEI, con su lema ‘Hacemos que la cooperación suceda’, multiplica las posibilidades de éxito gracias a su enfoque colaborativo", afirmó Cofiño.

La OEI, el organismo decano de la cooperación iberoamericana, ha sido destacada como un bien público regional fundamental para las relaciones entre Europa y América Latina. El presidente resaltó que la organización no solo realiza cooperación entre el norte y el sur, sino también entre países del sur, uniendo a las naciones iberoamericanas a través de sus idiomas y culturas compartidas.

Un puente entre continentes

El periodista Manuel Campo Vidal, quien participó en la conversación con los representantes de la OEI, subrayó la importancia de la organización como un puente real y duradero entre Europa e Iberoamérica. Mariano Jabonero, secretario general de la OEI, reforzó esta idea, describiendo a la organización como "un puente histórico con el poder de dos lenguas, en el que los países iberoamericanos, con su pasado de emigración, son parte de las soluciones a los problemas globales".

Iberoamérica: un futuro prometedor

Durante su intervención, Jabonero también destacó el potencial de la región iberoamericana, que podría convertirse en la primera zona del mundo en descarbonizarse y cuenta con la mayor reserva de agua dulce del planeta. Rememoró momentos clave en la historia de la OEI, desde su consolidación en 1953 hasta su reconocimiento por la Unión Europea en 1991 y su capacidad para intervenir en la Asamblea General de la ONU.

Mirando al futuro

Los representantes de la OEI expresaron sus deseos de ampliar la red de oficinas de la organización en los 23 países que forman parte de la misma, continuar fomentando el bilingüismo y la interculturalidad, y seguir fortaleciendo los programas de formación de doctores en los países menos desarrollados. Con un enfoque que mezcla "afectos y razones", la OEI se presenta como un ejemplo de cómo la cooperación internacional puede transformar el futuro de las comunidades iberoamericanas.

Este encuentro ha puesto de manifiesto la importancia de la cooperación en la creación de una sociedad más justa, inclusiva y sostenible, valores que la OEI encarna y que la han hecho merecedora del Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2024.

Foto de Nacho Vela