El mundo de la teología y los derechos humanos está de luto por la pérdida de Gustavo Gutiérrez Merino, teólogo peruano y figura clave de la Teología de la Liberación, quien falleció ayer 23 de octubre de 2024. Gutiérrez fue galardonado en 2003 con el prestigioso Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, junto al periodista Ryszard Kapuscinski, por su incansable labor en defensa de los sectores más desfavorecidos y su resistencia ante las presiones que buscaban distorsionar su mensaje.
El jurado que otorgó el premio en 2003 destacó a Gutiérrez como "iniciador de la renovadora corriente espiritual conocida como teología de la liberación", subrayando su enfoque que va más allá de la mera dimensión espiritual, abogando por la justicia social y la dignificación de las condiciones materiales de vida de millones de personas, especialmente en los países menos desarrollados. Este enfoque innovador y comprometido hizo de la teología de la liberación no solo una reflexión teórica, sino una práctica que transformó realidades en todo el mundo.
El acto de entrega de los Premios Príncipe de Asturias de ese año tuvo lugar el 24 de octubre, en una ceremonia presidida por el entonces Príncipe de Asturias, hoy S.M. el Rey Felipe VI. En dicha ceremonia, también tomaron la palabra figuras de renombre mundial como Fatema Mernissi, Susan Sontag, Jürgen Habermas, Joanne Kathleen Rowling, y Luiz Inácio Lula da Silva.
Gutiérrez, cuya obra y vida estuvieron dedicadas a dar voz a los más vulnerables, será recordado no solo como un pensador de gran calibre, sino como un activista espiritual y social que marcó un antes y un después en la forma de entender la religión como una herramienta de liberación y transformación social.
El legado de Gustavo Gutiérrez permanecerá vivo en las comunidades que encontraron en su mensaje una esperanza y en la Teología de la Liberación, una guía para la justicia y la equidad.