Escándalo en la prisión de Oakalla: Un guardia abusó de más de 200 presos durante dos décadas

Escándalo en la prisión de Oakalla: Un guardia abusó de más de 200 presos durante dos décadas

Roderick David McDougall, un ex guardia de la prisión de Oakalla en Columbia Británica, abusó sexualmente de más de 200 presos a lo largo de 20 años. Sus víctimas, jóvenes encarcelados por delitos menores, sufrieron en silencio mientras el sistema penitenciario ignoraba las denuncias. Las quejas internas sobre las agresiones comenzaron a registrarse en la década de 1980, pero no se tomaron medidas hasta décadas después. Este caso no solo evidencia los fallos sistemáticos en la protección de los presos, sino también la cultura de encubrimiento dentro de las instituciones.

McDougall operaba con impunidad, abusando de los presos bajo amenazas o promesas de favores. Incluso cuando otros oficiales sospecharon de su comportamiento, la administración penitenciaria no actuó, permitiendo que las agresiones continuaran. No fue hasta 1997, tras una investigación independiente, que McDougall renunció, pero para entonces había dejado una estela de dolor y trauma.

Este caso refleja un problema mayor: la falta de mecanismos eficaces para investigar y detener abusos de poder dentro de los centros penitenciarios. El silencio institucional y la inacción permitieron que un depredador operara durante dos décadas. Ahora, más de 200 ex presos han presentado demandas, exigiendo justicia no solo contra McDougall, sino también contra el propio sistema que permitió estas atrocidades.

La demanda colectiva presentada por las víctimas busca no solo reparación, sino también responsabilizar al gobierno de Columbia Británica por su inacción y por no garantizar la protección de los presos. La cultura de abuso en las prisiones, con guardias que explotan su poder, sigue siendo un tema urgente que requiere reformas profundas y efectivas para evitar que otros sufran como estas víctimas.

Este caso es un claro recordatorio de cómo el abuso de poder en las instituciones puede causar daños irreparables si no se enfrentan con firmeza. Es responsabilidad de todos denunciar estos crímenes y exigir transparencia, justicia y cambios reales para que los derechos de todos, incluidos los presos, sean respetados.

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