La Universidad de Oviedo lidera un innovador despliegue de una red sísmica submarina en el Cantábrico para descifrar los misterios de la actividad tectónica

La Universidad de Oviedo lidera un innovador despliegue de una red sísmica submarina en el Cantábrico para descifrar los misterios de la actividad tectónica

Investigadores de la Universidad de Oviedo han comenzado una pionera misión científica que promete arrojar luz sobre la actividad sísmica en el fondo marino del Cantábrico, una de las áreas tectónicamente más activas del noroeste peninsular. En colaboración con la Universidad de Lisboa y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el equipo zarpa a bordo del prestigioso buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa para colocar una red de sismógrafos submarinos a más de 4.500 metros de profundidad.

Este proyecto, liderado por la investigadora principal Gabriela Fernández-Viejo, directora del Departamento de Geología de la Universidad de Oviedo, forma parte del ambicioso Proyecto ASTRACAN, financiado por la Agencia Estatal de Investigación. Su objetivo es estudiar y monitorear durante seis meses los movimientos sísmicos con epicentro en el fondo marino frente a las costas de Galicia y Asturias, un área donde desde hace décadas se registran importantes temblores cuyas causas y patrones permanecen enigmáticos para la comunidad científica.

El equipo desplegará una decena de sismógrafos submarinos (OBS) que, junto con otros diez sismógrafos instalados en tierra a lo largo del litoral, permitirán obtener datos de altísima precisión para caracterizar la actividad tectónica de la región. Además, se recopilarán más de 700 km de datos batimétricos y sísmicos pasivos de alta resolución, esenciales para mapear el subsuelo marino y entender su estructura.

Durante la campaña, que se extenderá hasta el 7 de noviembre, también se realizarán extracciones de muestras rocosas del lecho marino, lo que aportará valiosa información sobre la composición y formación del fondo oceánico. Este ambicioso esfuerzo científico es clave para avanzar en la comprensión de los riesgos sísmicos en el noroeste de la península ibérica y contribuir a la seguridad de las poblaciones costeras.

Este despliegue subacuático es una nueva frontera en la investigación geológica y representa un hito en la cooperación científica internacional. Con la información obtenida, los investigadores esperan resolver incógnitas históricas y generar un modelo más detallado del comportamiento tectónico de la región.

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