Los peligros de los “brofluencers”, un fenómeno que utiliza técnicas de captación propias de sectas para manipular a jóvenes vulnerables

Los peligros de los “brofluencers”, un fenómeno que utiliza técnicas de captación propias de sectas para manipular a jóvenes vulnerables

Los llamados “brofluencers” han ganado popularidad en redes sociales, acumulando millones de seguidores a pesar de las denuncias sobre sus métodos y la falta de sustancia en sus promesas de éxito. Expertos alertan sobre el impacto psicológico y social que este fenómeno está teniendo en adolescentes y jóvenes.

 

Los “brofluencers” se han convertido en una tendencia peligrosa en redes sociales, atrayendo principalmente a adolescentes y jóvenes con discursos que prometen éxito económico y físico mediante la adquisición de cursos costosos. Sin embargo, detrás de sus mensajes motivacionales se esconden tácticas que psicólogos asocian con técnicas de captación típicas de sectas o grupos extremistas, donde los jóvenes se ven aislados de su entorno y bombardeados con mensajes que degradan su autoestima.

Una fórmula de manipulación con impacto en la salud mental

Expertos advierten que estos influencers, autoproclamados gurús del éxito, dirigen sus mensajes a jóvenes en situación de vulnerabilidad, especialmente aquellos que sienten una falta de propósito o dirección en sus vidas. Los "brofluencers" utilizan un discurso que combina técnicas de manipulación psicológica con promesas vacías de riqueza y éxito rápido, apelando al deseo de gratificación inmediata. Según la psicóloga Irene Giménez, “el mecanismo de enganche es exactamente el mismo que el de cualquier secta, o incluso el yihadismo, en cuanto a la captación de personas en un estado de vulnerabilidad extrema”.

Estrategias de captación: aislamiento y humillación

Los métodos que emplean los "brofluencers" incluyen humillar a sus seguidores con términos ofensivos, como “panzas”, “mileuristas” o “loosers”, y fomentar la separación de su entorno social y familiar. Les inculcan la idea de que cualquier fracaso personal es exclusivamente su responsabilidad, generando un círculo vicioso donde la culpa recae siempre en la víctima. “La autoestima queda ligada a la apariencia física y al cumplimiento de estándares inalcanzables, lo que puede derivar en trastornos como la dismorfia corporal, ansiedad o depresión”, señala Giménez.

Además, se observa un discurso misógino en el que se equipara a las mujeres con objetos o trofeos, al igual que un coche de lujo, bajo la promesa de que con suficiente esfuerzo físico y determinación, ambos se pueden “conseguir”. Este enfoque refuerza estereotipos tóxicos y alimenta un ambiente de exclusión y competencia desmedida.

Consecuencias psicológicas y sociales

Los efectos negativos no se limitan a lo económico, con personas pagando sumas desorbitadas por estos cursos, sino que afectan profundamente la salud mental. Los afectados pueden experimentar una baja autoestima, aislamiento social, y en casos más graves, trastornos mentales como ansiedad, depresión y pensamientos obsesivos. El psicólogo Javier Álvarez Cáceres subraya que estos influencers fomentan el abandono de los estudios al despreciar la educación convencional y presentar sus métodos como atajos infalibles hacia el éxito.

La necesidad de intervención y educación

Para combatir esta tendencia, los expertos recomiendan educar a los jóvenes y a sus familias sobre los riesgos de seguir a este tipo de influencers y ofrecer herramientas para identificar señales de manipulación y abuso. La psicóloga Irene Giménez también destaca la importancia de promover una autoestima basada en valores reales y en el esfuerzo genuino, en lugar de en la apariencia física o el éxito material instantáneo.

El auge de los “brofluencers” refleja un vacío existencial que afecta a muchos jóvenes en la sociedad actual, así como la falta de regulación en el contenido que circula en las redes sociales. Ante este panorama, es crucial fomentar un discurso crítico y basado en la evidencia científica, con un enfoque en la prevención y en el apoyo psicológico a las personas que han caído en este tipo de prácticas.

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