Hoy en día, vivimos en una era donde la tecnología parece salida de una película de ciencia ficción. Aviones supersónicos que viajan a velocidades de vértigo, submarinos nucleares que patrullan los océanos, ordenadores cuánticos que casi pueden predecir el futuro y hasta drones que nos traen la pizza a la puerta de casa. Ah, y no olvidemos esos teléfonos inteligentes que te escuchan hasta cuando crees que no lo hacen.

Pero, ¿sabes qué? Ninguno de esos aparatos tan impresionantes puede competir con un artefacto que llevas viendo toda la vida, que no ha cambiado su look desde los años 50 y que, aún así, sigue siendo el rey de la practicidad. ¿Intrigado? Redoble de tambores, por favor… ¡El

bolígrafo BIC!

¿Cómo es posible? Pues sí, mientras el mundo sigue adelante con robots autónomos, cohetes que van a Marte y superordenadores capaces de jugar al ajedrez mejor que tú, el humilde BIC ha mantenido su reinado sobre nuestros escritorios y bolsillos durante casi 70 años. Así que sí, el BIC es el verdadero superhéroe de la tecnología. Y lo mejor de todo, ¡nunca te pedirá que lo recargues! (bueno, excepto cuando se le acaba la tinta, claro).

El poder del BIC:

• Duración legendaria: ¿Sabías que un solo bolígrafo BIC puede escribir 2 kilómetros? Eso es más de lo que muchos de nosotros caminamos en una semana.
• Estilo sin esfuerzo: No necesita pantalla táctil, ni modo nocturno. No le hace falta nada más que una tapa azul o negra. Siempre a la moda.
• Precio imbatible: Mientras que los teléfonos inteligentes suben de precio como si fueran lingotes de oro, el BIC sigue siendo asequible para cualquier bolsillo. Es el Robin Hood de los utensilios de oficina.

El BIC frente a los gigantes de la tecnología

Es cierto, vivimos en tiempos en los que la gente se emociona con las impresoras 3D, los coches eléctricos o las consolas de videojuegos que parecen tener vida propia. Pero... ¿cuántas de esas cosas pueden estar contigo durante un examen crucial, o en la aburrida reunión de la oficina, ayudándote a hacer garabatos creativos? Exacto, ninguna.

Así que, mientras sigues mirando con asombro robots aspiradores y vehículos autónomos, no olvides al verdadero campeón: el bolígrafo que nunca se rinde, que no necesita actualizaciones y que siempre, siempre está listo para escribir... o para esos garabatos que haces mientras hablas por teléfono.