El barrio de Laviada, en Gijón, fue testigo de uno de los crímenes más escalofriantes de este año. El asesinato de Luis Manuel López Pérez, un hombre de 55 años originario de Santander, ha sacudido a la comunidad. López Pérez fue encontrado sin vida en su vivienda de la calle Luanco, donde residía desde hacía tres años, en un piso compartido bajo régimen de alquiler de habitaciones. Según los informes, la víctima fue apuñalada repetidamente, sufriendo al menos cinco heridas, una de ellas mortal, que le afectó el corazón y lo dejó desangrándose lentamente en su cama.
Un pasado conflictivo
Luis Manuel López no era ajeno a los problemas. Había cumplido condena en la prisión de Asturias por delitos relacionados con el tráfico de drogas y, según los vecinos, su vida estaba marcada por tensiones recurrentes, especialmente relacionadas con temas de drogas. Hace solo un mes, un hombre ya identificado por la Policía lo había amenazado con una pistola, presuntamente por conflictos relacionados con el alquiler de las habitaciones o asuntos de drogas.
La investigación de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional ha sido intensa desde el primer momento. En la madrugada del crimen, la Policía detuvo a un compañero de piso de la víctima, un hombre de nacionalidad búlgara, sospechoso de estar implicado en el asesinato. Sin embargo, las pesquisas apuntaban a la búsqueda de un segundo sospechoso, que finalmente fue identificado y detenido días después gracias a las grabaciones de cámaras de seguridad y al rastreo de teléfonos móviles.
Investigación y reconstrucción de los hechos
Los investigadores han revisado a fondo las grabaciones de cámaras de negocios en los alrededores de la calle Luanco y la carretera Carbonera, rastreando los movimientos del sospechoso. Además, la Policía Científica, en colaboración con expertos desplazados desde Madrid, ha realizado múltiples inspecciones en la vivienda, buscando pistas que ayuden a esclarecer el crimen. Hasta el momento, el arma homicida no ha sido encontrada, lo que añade complejidad a la investigación.
El segundo sospechoso, un hombre de unos 45 años y con antecedentes, fue visto en compañía de Luis Manuel López la tarde del crimen. Según testigos, ambos fueron observados juntos en el portal del edificio, lo que ha llevado a los investigadores a centrarse en este individuo, quien además contaba con antecedentes por conflictos anteriores con la víctima.
El móvil del crimen
Las hipótesis que maneja la Policía apuntan a que las desavenencias entre la víctima y su agresor podrían haber estado relacionadas con temas de drogas. Tanto Luis Manuel López como el detenido habían tenido una relación conflictiva durante meses, lo que culminó en la violenta confrontación que acabó con su vida. El detenido, que ha sido puesto a disposición judicial, se encuentra ahora en prisión preventiva por su presunta implicación en el homicidio.
Este violento episodio ha dejado conmocionada a la comunidad gijonesa, mientras los investigadores continúan trabajando para resolver los detalles restantes del caso y encontrar el arma utilizada en el crimen.