Para los que no creen en la resurrección: el impactante error médico del cura Lito García

Para los que no creen en la resurrección: el impactante error médico del cura Lito García

La historia del párroco asturiano Manuel "Lito" García Velasco es el testimonio de una segunda oportunidad en la vida, un relato que muchos comparan con una verdadera resurrección. Todo comenzó con lo que parecía un inofensivo accidente: una caída en un día lluvioso en junio de 2023 que le causó la fractura del húmero. Durante la rehabilitación, los médicos encontraron un bulto en la cabeza. A partir de ahí, Lito fue arrastrado por un torbellino emocional cuando, tras múltiples pruebas y biopsias, le diagnosticaron un linfoma maligno avanzado.

La noticia golpeó con fuerza. El sacerdote de 69 años, párroco de Infiesto durante 17 años, aceptó la realidad con una serena resignación: "Aunque creo en la vida eterna, todos queremos marcharnos lo más tarde posible", confesó. Con ese espíritu, Lito comenzó a despedirse de su vida tal y como la conocía, organizando su herencia y preparándose para lo que parecía inevitable. "Sentí que el mundo se me venía encima", recuerda. Incluso su superior, el arzobispo de Oviedo, le envió un mensaje anunciando su jubilación anticipada, y le pidió que dejara la casa rectoral para dar paso a su sucesor.

Pero mientras Lito aceptaba lo que parecía un destino inexorable, seguía aferrado a su fe y pidió por su sanación a la Virgen de la Cueva, a quien él mismo había ayudado a devolver a su antiguo esplendor, restaurando el santuario en Infiesto tras años de abandono. Fue entonces cuando comenzó el verdadero milagro.

El 5 de septiembre de 2023, Lito recibió la noticia más inesperada: no tenía cáncer. "Estaba sano como un roble", le confirmaron, después de que una última biopsia en el HUCA revelara que los análisis anteriores habían sido un error. El diagnóstico que lo había llevado a las puertas de la muerte resultó ser erróneo, y su salud estaba intacta. Para Lito, no fue un simple error médico, sino un milagro: "Resucité", declaró con una mezcla de asombro y gratitud.

Este "milagro" ha dado un nuevo sentido a su vida. Aunque las autoridades eclesiásticas le ofrecieron volver a sus responsabilidades, Lito decidió que este era el momento de disfrutar de su jubilación. Ahora dedica su tiempo a pasear, pescar, y continuar visitando el santuario de la Virgen de la Cueva, donde tantas veces había rezado. "Volví a vivir, y lo hago de otra manera", asegura, consciente de que la vida le ha dado una segunda oportunidad.

Su historia ha tocado el corazón de la comunidad de Infiesto, donde muchos lo ven como un símbolo de esperanza. "Este es mi segundo cambio radical", dice el sacerdote, recordando también su experiencia de hace 30 años cuando estuvo en misión en Benín, África, un viaje que ya había cambiado su perspectiva sobre la vida.

 

Dejar un comentario

captcha