Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha dado un paso crucial en la conservación de la biodiversidad al proponer el uso de inteligencia artificial (IA) en cámaras trampa para mejorar la detección de fauna en áreas remotas y con infraestructuras de comunicación limitadas. Este avance tecnológico, desarrollado por el Instituto de Microelectrónica de Sevilla (IMSE-CNM) y la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), tiene como objetivo optimizar el seguimiento de animales en entornos donde la recolección y análisis de datos resultan especialmente difíciles.
El proyecto, iniciado en 2022 dentro del marco de los programas LiFE y ULTIMATE, ha sido publicado en la revista Ecological Informatics, y es parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España, específicamente bajo la convocatoria de Proyectos de Transición Ecológica y Digital de 2021.
¿Cómo funciona la tecnología?
La innovación radica en la capacidad de estas cámaras para procesar imágenes en tiempo real mediante inteligencia artificial integrada. Este sistema no solo permite detectar la presencia de animales en zonas aisladas, sino que también optimiza la gestión de los datos, reduciendo la cantidad de información innecesaria. De esta forma, se minimiza el volumen de imágenes que los investigadores deben revisar manualmente, permitiéndoles concentrarse en el análisis de patrones de comportamiento y seguimiento de poblaciones.
“Es un avance importante para la conservación de la fauna en áreas donde la monitorización era extremadamente complicada”, señala Ricardo Carmona, uno de los investigadores del IMSE-CNM. La IA permite a las cámaras adaptarse a cambios en la iluminación y meteorología, lo que anteriormente dificultaba la precisión en la detección de animales.
Un prototipo con impacto nacional
El equipo ya ha probado con éxito este prototipo de cámara en el Parque Natural de la Sierra de Aracena, donde la tecnología ha sido utilizada para monitorear gatos ferales en colaboración con los investigadores de la EBD-CSIC, Ariadna Sanglas y Paco Palomares. Este proceso tradicionalmente implicaba la revisión manual de miles de imágenes, un trabajo que ahora se simplifica enormemente gracias a la capacidad de filtrado de la IA.
Además, el sistema tiene un potencial de aplicación a nivel nacional, permitiendo su adaptación en otros entornos de difícil acceso en España. Este enfoque innovador podría ser fundamental en la protección de especies en peligro, como el lince ibérico, y en la monitorización de diversas poblaciones de carnívoros en sus hábitats naturales.
Colaboración y futuro del proyecto
El desarrollo de este proyecto ha sido posible gracias a la colaboración entre el IMSE y la EBD, dos centros ubicados en el campus de la Cartuja en Sevilla. Además, ha contado con financiación de varias entidades, incluyendo el Ministerio de Transformación Digital, la Cátedra USECHIP, y el Plan Complementario en el Área de la Biodiversidad (PCBIO).
Este proyecto no solo cumple con los objetivos de conservación del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 15, sino que también refuerza la importancia de integrar la tecnología y la inteligencia artificial en los esfuerzos globales por proteger la biodiversidad. Los investigadores esperan que este sistema pueda ser utilizado en áreas protegidas a nivel nacional y contribuir de manera significativa a la gestión sostenible de la fauna salvaje en entornos frágiles.