El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, ha hecho, en la jornada de ayer, un firme llamado a la acción durante el Día de la Memoria Democrática celebrado en Tuña (Tineo). En un emotivo acto, junto al ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, Barbón insistió en que la memoria democrática “no se sostiene con palabras, sino con hechos”, comprometiéndose a seguir destinando proyectos y recursos para que este esfuerzo no sea en vano.

El evento central fue la inauguración de una placa que declara como Lugar de Memoria la casa natal y el busto del general Rafael del Riego, el militar asturiano que lideró el pronunciamiento que puso fin al absolutismo de Fernando VII en el siglo XIX, abriendo paso a un régimen constitucional. En palabras de Barbón, Riego es un símbolo de la lucha por la libertad, similar a las miles de personas anónimas que, como él, compartieron el sueño de una patria más justa.

Compromiso con la Memoria Democrática

En su intervención, el presidente detalló los avances realizados por su gobierno en esta área: la creación del Instituto de la Memoria Democrática, la firma de un convenio con la Universidad de Oviedo para la búsqueda de personas desaparecidas, y la elaboración de un mapa interactivo que ya registra 398 fosas comunes en 62 concejos de Asturias.

Además, Barbón destacó que la fecha del 23 de septiembre no es casual. Este día fue elegido porque en 1937, más de mil niños, conocidos como los "niños de la guerra", partieron del puerto de El Musel (Gijón) para huir del conflicto en España. Muchos de esos niños nunca volvieron, y sus historias de desarraigo y exilio sirven hoy como recordatorio de los horrores de la guerra civil.

"Gracias a ellos estamos aquí, disfrutando de la democracia y la libertad que ellos soñaron", subrayó el presidente, reiterando la importancia de mantener viva la memoria para que los errores del pasado no se repitan.

La huella de Riego en la historia

El busto y la casa natal del general Riego en Tuña son ahora oficialmente un Lugar de Memoria, reconociendo el legado del asturiano que en 1820 lideró el pronunciamiento que obligó al rey Fernando VII a restaurar la Constitución de 1812, un hito en la historia de España. Sin embargo, su lucha por la libertad terminó trágicamente con su ejecución tras la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis y la restauración del poder absolutista.

Barbón aprovechó la ocasión para recordar que trabajar por la memoria no es solo una obligación política, sino un deber ético y moral. "No estamos removiendo heridas, estamos desenterrando dignidad", afirmó. Según el presidente, la memoria democrática es "la mejor vacuna contra los totalitarismos y las injusticias".

Un acto cargado de simbolismo

El acto también contó con la presencia de figuras destacadas como la alcaldesa de Tineo, Montserrat Fernández, la delegada del Gobierno, Adriana Lastra, y varios consejeros y directores generales del gobierno asturiano. Todos coincidieron en la importancia de este tipo de iniciativas para seguir avanzando en la reparación histórica y el reconocimiento de las víctimas de la guerra civil y la dictadura.

El presidente cerró su intervención con una referencia al monumento en la playa de El Arbeyal en Gijón, que rinde homenaje a los niños que tuvieron que abandonar sus hogares para escapar de la guerra. "Les debemos la democracia que ellos soñaron y que hoy disfrutamos. No debemos olvidarlos nunca", concluyó.

Este Día de la Memoria Democrática en Tuña sirve como un recordatorio poderoso de la importancia de seguir luchando por la justicia y la memoria, no solo con palabras, sino con acciones concretas que aseguren que el pasado no se repita.