El XIV Concurso Morfológico Nacional del Gochu Asturcelta, celebrado en Agrosiero, coronó a 'Dolar', un ejemplar de tres años y unos 300 kilos, como el mejor berrón de la raza. Criado en la ganadería de Borja García Rivero, en Anieves (Oviedo), 'Dolar' fue el gran protagonista del fin de semana, destacando no solo por su impecable morfología, sino también por su destreza en el manejo, proclamándose campeón del VIII Mundial de Manejo junto a su criador Javier. Ambos completaron el recorrido en poco más de dos minutos, superando a otros competidores, aunque ninguno logró subir al carro, uno de los retos más exigentes de la competición.
El segundo lugar en el Mundial de Manejo fue para 'Federico', de Tatiana Álvarez, de Les Regueres, mientras que el tercer puesto fue para 'Ivana', de la ganadería de Rocío Sánchez, de Siero. Como novedad de esta edición, los tres primeros clasificados recibieron premios en metálico, otorgados por la Asociación de Criadores de Gochu Asturcelta (ACGA).
Otra gran triunfadora del certamen fue 'Yerbina', hija de la campeona 'Yerbata', que hizo honor a su linaje alzándose con el premio a la mejor gocha. Con tres años y un peso de 250 kilos, 'Yerbina' es criada en la ganadería de Tatiana Álvarez, en Ca Mamina (Les Regueres).
Además, los premios en otras categorías fueron para la ganadería de María Delfina Díez, de Les Yanes (Langreo), que obtuvo los galardones a mejor llabascu y llabasca. El mejor rebaño fue para Borja Baragaño, de San Martín del Rey Aurelio, y el premio a la mejor gocha con gochinos fue para la ganadería de Enric García, de Siero.
El certamen, organizado por ACGA, contó con el apoyo de la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial del Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Siero. Actualmente, el censo de Gochu Asturcelta incluye 130 madres reproductoras, 30 sementales y alrededor de 600 animales vivos, distribuidos en 24 ganaderías activas, todas ellas con sello de raza 100% autóctona. Este creciente interés por la cría del Gochu Asturcelta refuerza su presencia en el sector ganadero asturiano, un testimonio de la importancia de preservar las razas autóctonas y su valor cultural y económico.