San Agustín revive la llegada de Pedro Menéndez en una emocionante recreación histórica previa del Día de Asturias

San Agustín revive la llegada de Pedro Menéndez en una emocionante recreación histórica previa del Día de Asturias

En un día cargado de simbolismo y emoción, la ciudad de San Agustín de la Florida revivió uno de los momentos más icónicos de su historia: la llegada de Pedro Menéndez de Avilés a sus costas. Acompañados de la solemne tradición asturiana y en el marco del Día de Asturias, autoridades locales, visitantes y miembros de la delegación de Avilés participaron en una recreación que conectó dos mundos a través del tiempo.

 

 

Un escenario lleno de historia y simbolismo

El acto se celebró cerca de la histórica Fuente de la Juventud, en un entorno repleto de asistentes ansiosos por revivir este pedazo de historia compartida. La alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, y su homóloga de San Agustín, Nancy Sikes-Kline, encabezaron la ceremonia junto a diversas asociaciones culturales que también participaron en el evento. Entre ellos, destacó la figura de Pedro Menéndez, encarnado por un actor ataviado con la indumentaria de la época, proclamando la llegada y la toma de posesión de estas tierras, tal y como lo hizo en el siglo XVI.

 

 

El público, expectante, observaba cómo el barco simbólico de Menéndez se acercaba a la orilla, y cómo se desplegaban las banderas, representando la presencia española en América del Norte. Esta recreación no solo simbolizó la llegada de Menéndez a lo que hoy conocemos como San Agustín, sino que también fue un recordatorio de los lazos que unen a esta ciudad con Asturias.

 

Una jornada marcada por la unión entre San Agustín y Avilés

La hermandad entre San Agustín y Avilés es palpable en cada detalle del evento. Desde el emotivo saludo entre ambas alcaldesas hasta los actos que siguieron a la recreación, todo estuvo enfocado en celebrar los 100 años de la relación entre ambas ciudades.

Tras la recreación, las autoridades y los asistentes se dirigieron a un elegante almuerzo en el que se destacaron los sabores locales, como se pudo ver en el menú que incluía platos como camarones con salsa Tabasco Beurre Blanc y lomo de cerdo con chutney de piña. Este encuentro gastronómico no solo fue una oportunidad para fortalecer los lazos entre ambas delegaciones, sino también para compartir un momento de reflexión y admiración mutua.

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Un homenaje a la tradición y la cultura asturiana

La recreación histórica no fue el único evento destacado del día. La música asturiana, que ya había conquistado San Agustín días antes, volvió a resonar, y las gaitas acompañaron la jornada, sumergiendo a los asistentes en la tradición de Asturias. El acto se completó con danzas y vestimentas tradicionales que pusieron de manifiesto la riqueza cultural asturiana y su capacidad para conectar con el público local.

En un momento culminante, el público tuvo la oportunidad de presenciar cómo se izaban las banderas españolas, asturianas y estadounidenses, simbolizando la unión de estos territorios a través del tiempo. Las imágenes capturadas durante el evento muestran una mezcla de admiración, nostalgia y alegría entre los presentes, muchos de los cuales participaron en la marcha junto a los actores que recreaban el desembarco de Menéndez.

 

El legado vivo de una historia compartida

La celebración del Día de Asturias en San Agustín no solo fue una oportunidad para recordar los hechos históricos, sino también para mirar hacia el futuro. Ambas ciudades, unidas por siglos de historia, siguen escribiendo nuevos capítulos en su relación. Como señaló la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, durante sus palabras de agradecimiento, "este tipo de eventos no solo celebran el pasado, sino que fortalecen los lazos de amistad y colaboración para el futuro".

La jornada concluyó con una espicha tradicional asturiana, en la que los participantes pudieron seguir disfrutando de la gastronomía y la camaradería que ha caracterizado este hermanamiento a lo largo de los años.

Así, en este Día de Asturias, la ciudad de San Agustín de la Florida se vistió de gala para recordar que, aunque el océano se interponga entre ambas tierras, la cultura y la historia compartidas son puentes inquebrantables.

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