Los eurodiputados se embolsan 24.000 euros al mes, incluso en agosto, gracias a dietas libres de impuestos: el escándalo de Bruselas

Los eurodiputados se embolsan 24.000 euros al mes, incluso en agosto, gracias a dietas libres de impuestos: el escándalo de Bruselas

El Parlamento Europeo se encuentra en el ojo del huracán tras las recientes revelaciones que han sacudido tanto a la opinión pública como a la clase política. Los eurodiputados, que ya cuentan con un sueldo base de unos 12.000 euros mensuales, suman a esta cifra más de 12.000 euros adicionales en concepto de dietas y otros gastos, elevando su remuneración total a unos asombrosos 24.000 euros al mes. Lo más polémico de esta situación es que, incluso durante agosto, un mes inhábil sin actividad parlamentaria, siguen cobrando estas dietas, que además están libres de impuestos.

Un privilegio inamovible: dietas de 350 euros diarios

El origen del escándalo proviene de las dietas diarias de 350 euros que perciben los eurodiputados cada vez que firman su asistencia en las oficinas de Bruselas o Estrasburgo. Estas dietas están destinadas, según el reglamento europeo, a cubrir los gastos de alojamiento y manutención durante los días de trabajo, pero no tributan impuestos. Esto significa que, al mes, los eurodiputados pueden embolsarse alrededor de 5.250 euros netos, solo por estas dietas.

Lo que ha indignado a muchos es que estas dietas se siguen percibiendo incluso durante agosto, cuando el Parlamento Europeo está oficialmente cerrado y no hay sesiones ni plenos. En un período en el que no se realizan labores legislativas, los eurodiputados continúan beneficiándose de este sistema, generando una considerable entrada de dinero a sus bolsillos sin realizar una actividad parlamentaria c.

Alvise Pérez, el nuevo eurodiputado que destapó la polémica

El encargado de destapar este escándalo ha sido Alvise Pérez, un eurodiputado recién electo por el partido "Se Acabó la Fiesta" (SALF). En uno de sus vídeos más recientes, difundido a través de sus redes sociales y su canal de Telegram, Pérez reveló con datos precisos los ingresos que recibe como miembro del Parlamento Europeo. Además, mostró el extracto de su cuenta bancaria donde se evidencian estos pagos exorbitantes. En su denuncia, se refirió a la falta de transparencia y cuestionó por qué este tema había permanecido oculto tanto tiempo.

Pérez, que había prometido en su campaña electoral acabar con los "privilegios de la clase política", ha dirigido su ataque contra el sistema de dietas, señalando que no tributan impuestos y que son cobradas de manera automática, sin que los eurodiputados tengan que justificar detalladamente su uso. De hecho, intentó grabar el momento en que otros europarlamentarios firman para recibir estos pagos, pero le fue prohibido.

Un sistema público, pero cuestionado

A pesar de las críticas, las dietas y los sueldos de los eurodiputados no son un secreto. Todos los detalles sobre los ingresos de los miembros del Parlamento Europeo están recogidos en los reglamentos de la UE y pueden ser consultados públicamente. Estas dietas, aunque controvertidas, están justificadas como una compensación por los gastos de desplazamiento y estancia en Bruselas o Estrasburgo, donde los parlamentarios asisten a sesiones legislativas.

Sin embargo, lo que ha causado indignación es la percepción de que estas compensaciones no se ajustan a la realidad del trabajo realizado, especialmente en meses inhábiles como agosto, donde no se celebra ninguna actividad parlamentaria oficial. La cifra de 24.000 euros mensuales, sumando salario y dietas, contrasta enormemente con las realidades económicas de la mayoría de los ciudadanos europeos, que ven estas compensaciones como desmesuradas y alejadas de cualquier lógica de austeridad.

¿Qué dicen los defensores del sistema?

Defensores del sistema argumentan que el trabajo de los eurodiputados no se detiene por completo en agosto y que, además de las dietas, también tienen que gestionar gastos de personal, viajes y otras actividades relacionadas con su cargo. Aseguran que estos pagos están justificados, ya que el costo de vida en Bruselas y Estrasburgo es elevado y la actividad parlamentaria requiere que los diputados se desplacen constantemente.

Sin embargo, la crítica principal no se centra tanto en la existencia de estas dietas, sino en su abuso, particularmente en periodos como agosto, donde no hay actividad oficial. La falta de transparencia en cómo se utilizan estas compensaciones y la percepción de que no se ajustan a la realidad del trabajo parlamentario ha creado un profundo malestar.

La necesidad de una reforma urgente

Este escándalo ha puesto de nuevo sobre la mesa la necesidad de reformar el sistema de compensaciones de los eurodiputados. La desconexión entre los sueldos y dietas que perciben y la realidad de la mayoría de los ciudadanos europeos genera una desconfianza creciente en las instituciones europeas. Muchos ya claman por una revisión del sistema de dietas, de su tributación y de las condiciones bajo las cuales se perciben.

Mientras tanto, la denuncia de Alvise Pérez sigue generando debate, y muchos esperan que otros eurodiputados se sumen a su voz para acabar con lo que muchos consideran un abuso inmoral e inaceptable.

 

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