Un equipo de investigadores del CSIC, en colaboración con expertos internacionales, ha desarrollado un innovador método que aumenta la generación de electricidad utilizando alginato, un biopolímero derivado de algas marinas. Este avance podría abrir nuevas puertas en la creación de energía renovable para dispositivos pequeños y autónomos.
El estudio, liderado por el Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (ICMM-CSIC), combina el alginato con MXenes, materiales conductores compuestos de titanio y carbono o nitrógeno. Descubiertos en 2011, los MXenes poseen propiedades similares al grafeno, pero con la ventaja de ser hidrofílicos, lo que permite su fácil procesamiento en agua sin el uso de químicos tóxicos.
El resultado de esta combinación es un material que potencia las propiedades triboeléctricas del alginato, lo que permite generar electricidad a través del movimiento. Este tipo de energía, aunque no compite con fuentes tradicionales como la solar, es ideal para alimentar pequeños dispositivos como sensores médicos o bombillas, aprovechando incluso las vibraciones del entorno.
La investigación no solo es innovadora desde el punto de vista técnico, sino también ecológica y económica. La combinación de MXenes y alginato se basa en procesos amigables con el medio ambiente y escalables, lo que hace posible su producción a gran escala.
Este avance no solo podría transformar la forma en que generamos energía en dispositivos pequeños, sino que también podría tener aplicaciones en áreas tan diversas como la telemedicina, donde ya se ha demostrado su eficacia en la detección de enfermedades a través de la orina, utilizando dispositivos similares.
Con este desarrollo, los investigadores esperan que la tecnología salga del laboratorio y encuentre aplicaciones reales en la sociedad, marcando un hito en la utilización de fuentes de energía renovable a partir de materiales naturales como las algas marinas.
Este innovador enfoque podría ser el inicio de una nueva era en la generación de energía limpia y sostenible.
