El Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) ha dado un paso firme hacia la creación del Observatorio de Agresiones a Profesionales, un órgano clave que busca mejorar la seguridad y protección del personal sanitario ante el creciente número de ataques en los centros de salud. Este observatorio no solo servirá para evaluar la situación actual, sino que también proporcionará formación al personal y promoverá medidas preventivas para reducir los riesgos de agresiones.

El proyecto de decreto que regula la creación de este observatorio ya ha sido presentado al Consejo de Salud y ahora se encuentra en un periodo de participación pública. Durante este tiempo, cualquier persona o entidad interesada podrá aportar sugerencias y propuestas para mejorar el texto. Una vez finalizado este proceso, el decreto se someterá a la aprobación del Consejo Consultivo y, posteriormente, al Consejo de Gobierno.

Un plan integral para la seguridad del personal sanitario

El Observatorio de Agresiones a Profesionales tendrá varias funciones cruciales, entre ellas:

• Realizar estudios detallados sobre las agresiones en los centros sanitarios y elaborar un informe anual.
• Desarrollar programas de formación para el personal, con el objetivo de enseñarles a manejar situaciones violentas y mejorar la comunicación con los usuarios.
• Organizar encuentros entre profesionales y expertos para intercambiar experiencias y conocimientos sobre la prevención de agresiones.
• Asesorar al personal del Sespa en la gestión de conflictos laborales.
• Proponer a la gerencia del Sespa medidas para reducir el número de agresiones.
• Mantener un seguimiento constante de las agresiones, facilitando la actualización y análisis de datos.

Además, este observatorio funcionará como un foro de diálogo permanente entre el Sespa, los sindicatos y las fuerzas de seguridad, garantizando una colaboración continua en la protección del personal sanitario.

Contexto y cifras alarmantes

El año pasado, el Sespa registró 413 agresiones a profesionales, de las cuales 108 fueron físicas. Aunque solo se tramitaron diez denuncias, estas cifras evidencian la gravedad del problema. Las áreas más afectadas fueron los servicios de salud mental y las unidades de psiquiatría, seguidas por consultas y plantas de hospitalización. Los principales agresores fueron hombres y usuarios del sistema sanitario, mientras que las víctimas más frecuentes fueron mujeres mayores de 55 años, especialmente enfermeras y técnicos auxiliares de enfermería.

Estas agresiones suelen estar motivadas por demandas insatisfechas de los usuarios o por desacuerdos con procedimientos sanitarios o administrativos.

Un largo camino de protección

El Sespa ha trabajado desde 2007 en la protección de su personal mediante el Plan de Prevención y Actuación frente a Situaciones Conflictivas, al que se sumó posteriormente la Estrategia para la Mejora de la Confianza y Seguridad. Estas iniciativas buscan no solo defender al personal sanitario, sino también crear un entorno de trabajo seguro y tranquilo tanto para profesionales como para usuarios.