Revolución vial en Morcín: Más que una carretera, un camino hacia el futuro

Revolución vial en Morcín: Más que una carretera, un camino hacia el futuro

Fomento invierte 1,4 millones de euros en una transformación integral de la MO-1

 

En un movimiento que promete revitalizar la conectividad y seguridad vial del concejo de Morcín, la Consejería de Fomento, Cooperación Local y Prevención de Incendios ha dado un paso audaz. Con una inversión de 1.444.062 euros, la carretera MO-1, que une Santolaya y Busloñe, está a punto de experimentar una metamorfosis que va mucho más allá de un simple parcheo.

Un proyecto ambicioso para una vía vital

"No estamos simplemente arreglando una carretera, estamos construyendo el futuro de Morcín", declaró Ana Rodríguez, Consejera de Fomento, al anunciar la licitación. Este proyecto, que abarca 4,5 kilómetros de vía, no es una mera renovación superficial. Es una reinvención completa de una arteria crucial para la vida diaria y económica de la región.

Más allá del asfalto: Una visión integral

La intervención planificada es tan exhaustiva como impresionante:

  1. Renovación del firme: No solo se trata de un nuevo pavimento. La tecnología de última generación empleada promete reducir el ruido del tráfico y mejorar el agarre, especialmente crucial en las curvas pronunciadas características de la zona.
  2. Sistema de drenaje revolucionario: Con el cambio climático provocando lluvias cada vez más intensas, el nuevo sistema de drenaje está diseñado para prevenir inundaciones y garantizar la transitabilidad incluso en las condiciones más adversas.
  3. Señalización de vanguardia: Se instalarán señales reflectantes de alta visibilidad y se pintarán líneas con pintura fosforescente, mejorando drásticamente la seguridad nocturna.
  4. Barreras de seguridad inteligentes: Las nuevas barreras no solo protegerán a los vehículos, sino que estarán equipadas con sensores que alertarán a los servicios de emergencia en caso de impacto.

Ingeniería de precisión: Muros y escolleras

Pero la joya de la corona de este proyecto son las obras de estabilización:

  • Dos muros de hormigón de 20 metros cada uno, anclados con carriles hincados, en los kilómetros 4+630 y 4+670.
  • Dos escolleras estratégicamente ubicadas: una de 20 metros en el kilómetro 4,980 y otra de 17 metros en el 5,680.

"Estas estructuras no solo estabilizarán la carretera, sino que la protegerán contra deslizamientos durante décadas", explicó el ingeniero jefe del proyecto, Carlos Menéndez.

El impacto económico: Un boost para Morcín

La inversión en infraestructura no solo mejora la seguridad vial, sino que también actúa como un catalizador económico. Según estudios del Instituto Asturiano de Desarrollo Económico, por cada euro invertido en infraestructura vial, se generan 2,5 euros en actividad económica a largo plazo.

"Esta carretera es nuestra conexión con el mundo", comentó María Álvarez, propietaria de un negocio local de productos artesanales. "Con esta mejora, nuestros productos llegarán más rápido y seguros a los mercados de Oviedo y más allá".

Un cronograma ambicioso pero realista

Con un plazo de ejecución de siete meses, el proyecto promete una transformación rápida pero meticulosa. "Hemos diseñado un plan que minimiza las interrupciones del tráfico mientras maximiza la eficiencia", aseguró Ana Rodríguez.

Las empresas interesadas tienen hasta el 9 de agosto para presentar sus ofertas, en un proceso que se promete transparente y competitivo.

Más allá de la movilidad: Un proyecto social

Pero quizás lo más impresionante de este proyecto es su visión holística. No solo se trata de mejorar una carretera, sino de elevar la calidad de vida de toda una comunidad.

"Esta carretera conecta hogares, negocios, escuelas y centros de salud", reflexionó José García, alcalde de Morcín. "No es exagerado decir que estamos pavimentando el camino hacia un futuro más próspero y seguro para todos nuestros ciudadanos".

 

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